Por Oscar Peyrou
La narración, que será incluida en una antología que se editará en breve, es un recuento en primera persona de la vida de Shira Byoshi, una mujer que quiere perder sus cualidades sobrenaturales para la danza y que tras ser llevada a Mongolia vive una existencia llena de altibajos.
Según Takashi Inoue, estudioso de la obra de Mishima, el cuento refleja la ambigüedad de sentimientos que el autor experimentaba antes de ser reclutado para el ejército.
Mishima, cuyo nombre real era Kimitake Hiraoka, es considerado uno de los más destacados escritores japoneses en la historia de la literatura mundial con obras como ?Confesiones de una máscara? y ?El templo del pabellón de oro?.
El 25 de noviembre de 1970, en la cúspide de su fervor nacionalista, Mishima exhortó al ejército japonés a derrocar al gobierno, pero al ser rechazado se cortó el vientre y fue decapitado por un ayudante, en el ritual japonés del suicidio o ?harakiri?.
Mishima nació en Tokio en 1925 y estudió en la universidad de su ciudad natal, por la que se graduó en Derecho en 1947. En 1944 publicó su primer libro, un volumen de cuentos, poco antes de ser convocado por el ejército para una misión suicida en la que finalmente no se le admitió. Al terminar sus estudios entró en la administración pública, pero pronto abandonó su carrera de funcionario para dedicarse profesionalmente a las letras.
Su primera novela extensa fue ?Confesiones de una máscara? (Planeta, 1979), obra autobiográfica, centrada en el tema del despertar de la sexualidad. Su obra analiza inicialmente los problemas de la generación de posguerra y otorga especial atención a los temas del amor y del sexo.
En 1952 emprendió un largo viaje por América y Europa y en 1958 contrajo matrimonio. Su producción literaria, de la que forman parte ?El rumor de las olas? (1954), ?El pabellón de oro? (1956; Seix Barral, 1963 y 1985), ?El marino que perdió la gracia del mar? (1963), ?Nieve de primavera? (1966) y ?Caballos desbocados? (1968), llegó a ser tan conocida en el extranjero que en 1968 estuvo a punto de que se le concediera el Premio Nobel.
Descrito por Yasunari Kawabata -Premio Nobel de Literatura en 1968- como el más importante autor japonés de nuestros días, los críticos occidentales acostumbran comparar a Mishima con algunos de los más grandes escritores europeos. Así, hablando de su obra, Christopher Isherwood ha evocado el nombre de Gide, y E. Martin, el de Proust. Angus Wilson afirma que la caracterización de Mishima tiene ?dimensión balzaciana y verdad flaubertiana?.
Algunos de los pensamientos que sustentaba revelan la ideología cotidiana de este gran escritor: ?¿Cómo es posible denominar ?hombre de acción? a quien por su trabajo de presidente en una empresa hace 120 llamadas telefónicas diarias para adelantarse a la competencia? ¿Y es tal vez un hombre de acción el que recibe elogios porque aumenta las ganancias de su sociedad viajando a países subdesarrollados y estafando a sus habitantes?
Por lo general, son estos vulgares despojos sociales los que reciben el apelativo de hombres de acción en nuestro tiempo. Revueltos entre esta basura, estamos obligados a asistir a la decadencia y muerte del antiguo modelo de héroe, que ya exhala un miserable hedor?.-EFE Reportajes.