Vida

De lo avanzado

A propósito de lo que comentábamos en la entrega anterior, durante los pasados tres días se desarrolló, en efecto, la "Semana de Música Avanzada 2013".

Por Paulo Alvarado

Por Paulo Alvarado

Con una agenda sugestiva, las presentaciones y charlas se refirieron principalmente a prácticas musicales de última generación, pero del mismo modo se abrieron a las posibilidades de hallarle sentido a la continuidad del arte a lo largo del tiempo, tanto como al contraste entre conceptos y manifestaciones disímiles. Los talleres, las exposiciones gráficas y visuales —en adición a las muestras sonoras—, los conversatorios y las fiestas electrónicas han ilustrado la manera en que se mueven estas corrientes a la hora actual. Sin embargo, me permito detenerme en la inauguración del festival, porque —tal como se había previsto— ese primer momento constituyó una vitrina de influencias e impulsos que provocó, a participantes y oyentes por igual, al comentario y a la interacción. ¿Un cuarteto de violonchelos? ¿Los útiles sonoros de Orellana? ¿Performance desde la llamada música clásica? ¿Aleatoria versus programación? ¿Música visual? ¿Lo que es “para escuchar” versus lo que es “para bailar”?

Otras preguntas surgen y van especialmente por lo social del arte. El evento de apertura fue exitoso y bien concurrido, pero ¿cómo hacer para que esta clase de iniciativas alcance a un público extenso? De entrada, sería deseable que todos los estudiantes de música, cuando menos, se involucraran dinámicamente en las actividades planteadas. Pese a que son gratuitas, accesibles y provechosas para su carrera, son muy pocos los que se toman la molestia de asistir. Por otro lado, ¿dónde están los “profesionales”? Consagrados como ejecutantes, docentes, investigadores o creativos, ¿imaginarán que ya no vale la pena acudir a escuchar lo que hacen los demás?

Demasiado erudito para unos, demasiado popular para otros. El hecho es que el arte avanza, y quien no se sube al carro de la historia de la música justo cuando pasa a la par, se queda. Rezagado, en lugar de avanzado.