Finanzas y Desarrollo Social han utilizado el 37% de sus recursos asignados.
Ambiente y Recursos Naturales, 23%; mientras que Trabajo, 44%.
Las carteras de Salud y Educación son las que más se acercan a las metas establecidas, con 48% y 46%, respectivamente.
El año pasado el problema de la poca ejecución llevó a que las instituciones enfrentaran las presiones del poder Ejecutivo por mejorar la ejecución.
En una reunión celebrada en abril último, la vicepresidenta Roxana Baldetti dijo que para finalizar el primer semestre la ejecución debería estar en 50%, pero ninguna entidad cumplió con esa previsión. En esa misma reunión también se estableció que para septiembre se debe cumplir con el 70% y así llegar al cien por cien al finalizar el año.
Sin mejoras
Carlos Martínez, investigador económico de la Universidad de San Carlos, refirió que durante varios años ha monitoreado la ejecución y durante el segundo año de gobierno la tendencia es a mejorar, pero en ese caso continúa el problema.
El año pasado, durante el primer semestre, la ejecución promedio reportada fue de 39%.
Según la teoría económica, explicó Martínez, los buenos ejecutores serán los que están arriba del promedio, pero los que estén debajo son deficientes y los que no lleguen ni a la mitad de lo ideal —en este caso, abajo del 25%—, están en estado crítico.
El experto calificó como pobre la ejecución promedio y ejemplificó que es como si fuera un fantasma que aparece constantemente en esta administración.
“El riesgo es que en el segundo semestre se pongan a ejecutar descontroladamente y sacrifiquen transparencia y calidad de gasto”, advirtió.
Élmer López, ministro de Agricultura y uno de los más atrasado en ejecutar, se defendió y dijo que en realidad han ejecutado 43%, pero no aparece reportado porque está en “proceso administrativo de regularización”.
Añadió que en septiembre esperan llegar al 70% de ejecución.