Viar destacó que las 224 estampas sobre papel que componen las cuatro series completas de Goya  (1746-1828) , forman parte de la colección propia del centenario museo bilbaíno, que comenzó a comprarlas en 1930, cuando adquirió las 80 estampas que formaban los Caprichos y las 80 primeras imágenes que se grabaron de los Desastres.

El centro artístico completó en 2010 la serie dedicada a exponer y criticar las atrocidades que conllevan las guerras, centrada en sus experiencias personales durante la de la Independencia, al recibir en donación de un particular los dos grabados que le faltaban.

En 1931 adquirió las 40 estampas que conforman la serie Tauromaquia, probablemente la más exhibida y conocida por el público de las cuatro, dedicada a los lances, suertes y episodios de la fiesta nacional, a la que Goya era muy aficionado.

El Bellas Artes adquirió en 2008 dieciocho de las veintidós imágenes de los Disparates  o Proverbios, la serie menos vista y más difícil de interpretar del artista de Fuendetodos, en las que imagina un mundo caótico con una humanidad desorientada y grotesca, dominada por el miedo, la ignorancia y la locura.

Las cuatro estampas que la completan, y que se grabaron en París en 1877 en edición separada del resto de la colección, se han incorporado este mismo año a la colección particular del Bellas Artes.

El director de la pinacoteca señaló que el trabajo sobre papel de Francisco Goya marca un “punto de inflexión”  en la historia del grabado en Europa, tanto por la libertad creativa que muestra el genial pintor aragonés a la hora de plasmar su obra como por su dominio de una técnica hasta entonces no muy utilizada en España.

El responsable del centro artístico bilbaíno ha destacado, precisamente, que otro de los objetivos de esta exposición es subrayar la importancia que ha tenido Goya en la historia de esta técnica artística y su influencia en artistas posteriores, como Picasso o Bacon.