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1954: coronel Jacobo Árbenz sale al exilio

Un día como hoy 9 de septiembre de 1954 salía al exilio el ex presidente coronel Jacobo Árbenz Guzmán. luego de haber sido derrocado por el ejército de liberación nacional en complicidad con el gobierno de Estados Unidos,

Portada del 10 de septiembre de 1954. (Foto: Hemeroteca PL)

Portada del 10 de septiembre de 1954. (Foto: Hemeroteca PL)

Prensa Libre registró dentro de su edición del 10 de septiembre de dicho año la abrupta salida del segundo presidente de la Revolución de 1944.

Extremadamente pálido, con el gesto severo, lucía el coronel Jacobo Árbenz Guzmán, ex presidente de la República, cuando arribó al aeropuerto La Aurora, en compañía de su esposa y de sus hijos, para abordar el avión que los condujo a él y a otros de sus principales colaboradores, a México, bajo la protección de la bandera de ese país.

Antes que Árbenz llegaron al aeropuerto a bordo de una camioneta expresa los coroneles Carlos Enrique Díaz, ex jefe de las fuerzas armadas; Eduardo Weymann, ex jefe del estado mayor presidencial; José Manuel Fortuny, secretario general del partido comunista; Carlos Bracamonte, Francisco Morazán, Álvaro Hugo Salguero, Waldemar Barrios Klée, Eufemio Fernández, Alfonso Solórzano, algunos acompañados de sus esposas e hijos.

Desde las primeras horas de la noche se registró un movimiento inusitado en las cercanías de la embajada mexicana, pero elementos de tropa impuso el orden; en el aeropuerto La Aurora se reunió gran cantidad de personas, interesadas todas en presenciar la salida del ex presidente.

Humillación

Empleados de la aduana y miembros del ejército de liberación procedieron a hacer un registro minucioso del equipaje de todos los expatriados, decomisando toda clase de papeles, fotografías, libros y documentos personales. A los exiliados se les sometió a un minucioso registro personal antes de abordar el avión Taca. Ninguno de ellos quiso hacer declaraciones, limitándose a cambiar palabras amistosas con los reporteros. Alvaro Hugo Salguero se limitó a decir: “Cuiden la libertad de prensa, muchachos”.

El único de los principales asilados en la embajada de México que no salió esa noche fue el licenciado Augusto Charnaud MacDonald, ex ministro de hacienda, economía y gobernación.

Al exilio

La lista de los que salieron anoche es la siguiente: Jacobo Árbenz Guzmán, María Vilanova de Árbenz y dos hijos; Carlos Enrique Díaz, José Manuel Fortuny y señora María Jerez de Fortuny e hijo; Carlos Bracamonte, Francisco Morazán, Eduardo Weymann, Alvaro Hugo Salguero, Waldemar Barrios Klée y señora Elsa de Barrios y 2 hijos; Jorge Monroy Flores, Marina Rosenberg Herrera, Carlota Rosenberg, Eufemio Fernández, Emilio Castañeda.

Árbenz abordó el avión a las 23 horas en punto. El registro de la señora de Árbenz duró 45 minutos y abordó el avión a las 23.35. El auto que condujo a Árbenz y señora al aeropuerto, salió de esa misión a las 22.30. Antes arrancó el auto del embajador, que salió hacia el sur, dobló la sexta calle y 4a. avenida, el auto del agregado militar, en el que iban los esposos Árbenz retrocedió hacia la 5a. calle y dobló por la 8a. avenida hacia el sur. De ese modo, las personas que aguardaban en el parque su paso para gritarle no se dieron cuenta de la maniobra. El avión despegó del aeropuerto a las 23 horas y 50 minutos.

Vida después del exilio

Luego de haber sido derrocado el 27 de junio de 1954, su vida corría peligro por lo que pidió asilo político en la embajada de México en la cual estuvo durante 73 días hasta el día 9 de septiembre del mismo año en que partió hacia el país vecino donde estuvo corto tiempo, luego residió en varios países. De acuerdo con el historiador uruguayo Roberto García Ferreira, para el ex presidente y su familia fue un inmenso dolor el forzado exilio político. Fue particularmente interesante por varios motivos.

El más significativo, apunta García Ferreira es que la CIA, quien había fraguado el golpe para derrocarlo, también se encargó de controlarle de cerca y desgastarlo encubiertamente. Existen sólidas evidencias documentales que permiten apreciar cómo una buena parte de los artículos, columnas o editoriales publicados en la época no eran concebidos de forma independiente, sino que seguían las sugerencias propagandísticas de la CIA, preocupada en mostrarlo como un “dictador rojo”, “malversador de fondos”, “bebedor”, “depresivo” y “cobarde”.

Con esto quedaba en evidencia cuán importante era para la CIA desprestigiarle y quitarle legitimidad, ya que operaciones de ese tipo fueron implementadas en lugares como México, Suiza, Francia, Checoslovaquia y Uruguay y además de la propia Guatemala.

Cuando se cumplió el centenario del nacimiento del coronel Árbenz sus descendientes organizaron actos para recordar su legado, su nieta, Claudia Árbenz Alpízar indicó que el destierro y el exilio fueron muy duros para la familia. Jacobo Árbenz, hijo, sufrió graves traumas psicológicos. Las hijas del matrimonio Árbenz-Vilanova, Arabella y Eleonora se suicidaron.

Árbenz murió en México el 27 de enero de 1971 sin poder volver a pisar tierra guatemalteca. Su última voluntad fue el de ser enterrado en El Salvador, cosa que cumplió su viuda María Cristina Vilanova a pesar de la solicitud del gobierno de Carlos Arana Osorio de rendirle honores como ex presidente. Sus restos fueron repatriados el 19 de octubre de 1995 en medio del fervor popular, recibiendo los máximos honores militares y por parte de la Universidad de San Carlos fue homenajeado en el Museo Universitario. Actualmente descansan en la entrada del Cementerio General de la ciudad capital. 

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