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El renacimiento de la armónica de cristal, “el órgano de los ángeles”

Instrumento raro de sonido cristalino, prohibido en el siglo XIX por haber "enloquecido" a generaciones de músicos, la armónica de cristal ha renacido en los dedos de un puñado de apasionados y seduce a gigantes del rock y la música electrónica.

LOS ÁNGELES-. Ningún conservatorio enseña este sorprendente instrumento, perfeccionado en el siglo XVIII por el inventor y “padre fundador de Estados Unidos” Benjamin Franklin. Y sólo unos pocos profesionales se dedican a él en el mundo, entre ellos el francés Thomas Bloch.

“Somos cinco o seis los que lo tocamos sólo por gusto personal. Esta es una comunidad muy pequeña”, dijo a la AFP el instrumentista, invitado por la ópera de Los Ángeles para tocar la parte de una armónica de cristal en la ópera de Donizetti “Lucia di Lammermoor”, de la cual se realizarán seis presentaciones hasta el 6 de abril.

La armónica de cristal, un instrumento frotado que debe su nombre al término italiano “armonía”, en referencia a la riqueza armónica del instrumento, según Bloch, no tiene nada que ver con la armónica, un instrumento de viento de la familia del acordeón inventado en el siglo XIX.

La “glassharmonica”, como se conoce en inglés a la armónica de cristal, es la versión sofisticada de un “instrumento” que todos conocen: una copa llena de agua. Quién no ha deslizado alguna vez un dedo mojado por el borde de una?

– “Máquina de coser y kebab translúcido” –

Fue al ver a músicos en Londres tocar decenas de vasos con cantidades variables de agua que Benjamin Franklin decidió mejorar el sistema para crear un instrumento más fiable y fácil de transportar.

“Pidió entonces a un soplador de vidrio que creara 37 cuencos de diferentes tamaños”, contó Bloch. Los cuencos, colocados uno dentro del otro sin tocarse, están unidos a un eje giratorio cuya velocidad es controlada por un pedal. El sonido se produce cuando el intérprete desliza sus dedos embadurnados con una mezcla de agua y tiza.

El conjunto tiene un aspecto mezcla de “máquina de coser y kebab translúcido”, bromea el músico.

Desde su creación, el instrumento goza de una gran reputación: la propia reina María Antonieta lo tocaba. “Creemos que hubo unas 4 mil armónicas de cristal fabricadas entre 1761 y 1835. Se tocaba sobre todo en los salones”, dijo Bloch.

Mozart la descubrió en casa del célebre doctor Franz Anton Mesmer, que la utilizaba para relajar a sus pacientes, y le gustó tanto que la utilizó en su última obra de música de cámara. Beethoven, Carl Philipp Emmanuel Bach, Saint-Sans, y más tarde Richard Strauss, también compusieron para la armónica de cristal, apodada “el órgano de los Ángeles” por Paganini.

Pero la pasión por el instrumento no ha estado exenta de polémica. Sus sonidos seráficos fueron acusados de provocar partos prematuros, hacer aullar a los animales, abatir “al hombre más poderoso en menos de una hora” , según un diccionario médico en 1804, y, lo más grave, de sumir a su intérpretes en la locura.

“Al principio pensamos que era por la riqueza de sonido. Pero el verdadero problema era el plomo”, dijo Bloch. En el siglo XVIII, las armónicas eran de cristal, pero contenían 24% de plomo. Y la pintura negra que recubría algunos cuencos, para reproducir las teclas negras del piano, también estaba saturada de este metal.

“Tocar estos instrumentos todos los días durante 15 o 20 años realmente podía ser un problema, sobre todo por la intoxicación por plomo”, observó el músico.

– La resurrección en Boston –

En 1835, la policía alemana finalmente prohibió la armónica de cristal, que cayó en el olvido. Hasta que Gerhard Finkenbeiner, un maestro vidriero de origen alemán instalado cerca de Boston, decidió volver a fabricar el raro instrumento en 1982.

Su taller, que aún funciona, es el único en el mundo que fabrica ese instrumento, que cuesta unos US$20 mil 600

El renacimiento de la armónica de cristal provocó la resurrección de su repertorio, de unas 400 obras, entre ellas “Lucia di Lammermoor”, cuya parte de armónica había sido reemplazada por flautas. Fue Bloch quien se encargó de “recrear” la ópera en su versión original en los años 1980.

Pero la sonoridad de este instrumento fascina también a músicos contemporáneos: desde Bjork Arthur H, pasando por John Cage o la música de la película “One Flew Over the Cuckoos Nest” (Alguien voló sobre el nido del cuco, en España, Atrapado sin salida, en Hispanoamérica).

“Es obvio que enseñarlo de forma adecuada podría ayudar a crear conciencia sobre el instrumento”, observó Bloch, que ha colaborado con Radiohead, Tom Waits, y lo más granado de la música electrónica: Gorillaz y Daft Punk.

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