En el estudio se desprende que las personas poco agraciadas físicamente, reciben un 22% más de sentencias que aquellos a los que la naturaleza a otorgado la hermosura exterior.
Además de ello, los acusados que son poco atractivos, reciben condenas mucho más largas que los denominados guapos, con una media de 22 meses en prisión.
Son muchos los estudios realizados sobre la influencia en los demás del aspecto físico, y más en situaciones en las que se juegan la prisión. Un artículo publicado en la revista American Journal of Forensic Psychology, demostró que aquellos que llevan gafas obtienen más sentencias favorables porque el jurado siente que son más inteligentes.