La funcionaria recalcó que la suspensión ayer fue solo para efectuar labores de limpieza, por lo que hoy las actividades serán normales.
En las tareas de limpieza, indicó Del Águila, colaboraron padres de familia, maestros y estudiantes que se organizaron para facilitar la labor y terminar en un día.
Sin embargo, la directora Departamental de Educación Eneldina Jerez explicó que eran siete los establecimientos afectados y que se recomienda a los padres de familia cubrir bien las fosas nasales y ojos de los niños, ya que aún quedan en el ambiente rastros de arena y ceniza.
Plantaciones afectadas
La ceniza y el humo arrojados por del coloso afectaron unas 12 mil manzanas del área cafetalera circunvecina, correspondientes a Sacatepéquez, Chimaltenango y la parte alta de Escuintla, informó la Asociación Nacional del Café (Anacafé), a través de un boletín.
En Sacatepéquez, los municipios afectados fueron Alotenango, San Miguel Dueñas, Ciudad Vieja, Antigua Guatemala, Pastores, Santa María de Jesús y San Antonio Aguas Calientes, donde cayó una capa de ceniza de hasta dos centímetros de grosor.
“Debido a que las plantaciones de café en dichos departamentos están próximas a la época de floración de la cosecha 2015-2016, es importante eliminar la ceniza de las matas. Cuando los rayos del sol calientan, la ceniza provoca quemaduras en plantas de café, principalmente las yemas de crecimiento y las florales”, refiere el boletín de Anacafé.
Leocadio Cruz, tesorero de la cooperativa Unión Huista, mostró la magnitud de los daños causados en los cafetales y aseguró que fueron afectadas alrededor de 650 personas de 180 familias que perdieron 40 manzanas de café en producción.
La pérdida se calcula en unos Q300 mil, refirió.
“Necesitamos apoyo del Ministerio de Agricultura porque hemos sido afectados en nuestro cultivo de café por la erupción del Volcán de Fuego, y queremos que las instituciones vengan a verificar nuestra situación”, expresó Cruz, quien reside a una hora de las faldas del Volcán, a pie.
Liberó presión
El director del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), Eddy Sánchez, explicó que el Volcán de Fuego reaccionó como una olla de presión, porque acumuló mucha energía con un cráter que había reducido su tamaño.
“El Volcán muestra todos los días mucha energía, y posiblemente hubo una reducción del tamaño de la boca del cráter, y con la energía que tenía lo fracturó. Por eso el tamaño de la explosión, y ahora la boca del cráter está toda deformada”, indicó.
Sánchez explicó que la erupción se originó por un proceso tectónico, debido a que las placas Los Cocos y Caribe muestran mucha actividad por desplazamiento. La primera se sumerge hacia el continente y repercute en las cámaras magmáticas —lava— de los volcanes de Fuego, Pacaya, Santiaguito y Tacaná, que son los cuatro activos en el país, y también en otros de Centroamérica, como El Salvador y Nicaragua.
En otras palabras, expresó el director del Insivumeh, “liberó presión” el coloso, y al hacerlo, al día siguiente bajó su actividad. El funcionario señaló que todavía se pueden ver en las noches flujos de lava en el cráter.
En cuanto a la ceniza, Sánchez indicó que las explosiones con gases llegaron a los cuatro mil 300 metros sobre el nivel del mar, y en las alturas hay vientos que lanzan la arena hacia diferentes puntos, ya que las velocidades y direcciones son distintas según la altura.
Es decir, el viento de más arriba del cráter no era igual al de la superficie, de ahí que la arena llegó a poblados de Sacatepéquez, pero también a algunos del departamento de Guatemala.-Con información de Renato Melgar y Rodrigo Méndez
FICHA TÉCNICA
En la erupción ocurrida el 7 de febrero, las explosiones con gases llegaban a unos cuatro mil 300 metros sobre el nivel del mar.
Es decir, mil 300 metros sobre el cráter. La explosión se produjo para liberar presión ante la reducción del cráter.
El Volcán de Fuego tiene unos ocho mil 500 años y es catalogado como uno de los más activos del mundo.
Tiene tres mil 763 metros de altura.
Se encuentra a 45 kilómetros de la Ciudad de Guatemala.
Ha tenido unas 60 erupciones. Entre las más destructivas están las de 1582, 1737, 1932 y 1999.
Por su forma y estructura se clasifica como un estrato-volcán o cono compuesto.
Es parte de los cuatro colosos activos en Guatemala, de un total de 33. Los otros son el de Pacaya, Santiaguito y Tacaná.