El tema del estudio, un estadounidense de unos 40 años, al que a menudo se menciona como el paciente de Berlín, recibió un trasplante de célula madre como tratamiento para una leucemia aguda en el 2007, cuando ya era VIH positivo. Las células madre provenían de un donante con una rara mutación genética que lo hacía inmune al virus.
La investigación mostró que más de dos años después del trasplante no había señales del VIH, a pesar de que el paciente abandonó la terapia antirretroviral para combatir la leucemia.