Escenario

<em>La flor del café,</em> un vals con elegancia

<em>La flor del café </em>es una pieza que consta de una introducción, cuatro valses diferentes y una coda, en la cual se recapitulan los principales temas expuestos en la composición.

En Guatemala se han escrito muchos valses, sencillos unos, y de mucha elaboración otros. Algunos destacan por su elegancia y por la popularidad que ha alcanzado, tal el caso de La flor del café, de Germán Alcántara (1863-1910) que fue por mucho años el favorito entre los valses nacionales, escribre de esta pieza musical, el compositor, director de orquesta y musicólogo guatemalteco Dieter Lehnhoff, en la descripción de su disco Ecos de Antaño, en el que presenta una versión sinfónica de La flor del café.

La aceptación popular de esta pieza musical se prolongó en el tiempo en numerosas versiones de marimba. También existe un partitura para piano impresa por Brandstetter, en Leipzig, Alemania, que propició que la obra se conociera en Europa y otras partes.

La flor del café, consta de una introducción, cuatro valses diferentes y una coda en la cual se recapitulan los principales temas expuestos en la composición. El musicólogo guatemalteco Rafael Vásquez (1885-1941), calificó esta obra musical como lo más típico que se ha escrito en música de baile”, explica Lehnhoff.

El autor

Germán Alcántara fue hijo de Prudencia Alcántara y Ramón Guerra, nació el 30 de octubre de 1863 y fue bautizado con el nombre de José Germán. Recibió las primeras lecciones de música con su padre, quien al parecer lo inscribió, a los 11 años de edad, en la Escuela de Sustitutos, institución creada para formar a los músicos que más adelante integrarían la Banda Marcial.

El 3 de junio de 1889 se casó con Felipa Alpírez, con quien procreó ocho hijos. Vivió en el barrio La Recolección de la capital de Guatemala.

Alcántara , quien había estudiado con el músico alemán, Emilio Dessner, fue director de la Banda de la Antigua, de la Marcial de Guatemala y en el final de su vida, dirigió el Conservatorio Nacional de Música. El maestro alemán incidió en la formación del músico, le dió conocimientos de armonía y le enseñó a ser más exigente en la ejecución de su instrumento.

Alcántara también tenía clara su ideología. Simpatizaba con los principios liberales y, convencido de la idea de Justo Rufino Barrios de lograr la unión centroamericana, en 1885 se incorporó a las filas que partieron hacia Jutiapa. El 2 de abril de ese año estuvo en el combate en que murió el Reformador, escribió Rafael Juárez Castellanos en el documento Gran reseña histórica de las bandas marciales y militares de Guatemala.

De regreso a la ciudad, en 1892 fue nombrado director de la Banda Marcial, en sustitución de Juan Aberle. De su desempeño se ha escrito que fue la época en la cual esta agrupación alcanzó buen nivel e incluso se le consideró la mejor de Centroamérica. Renunció a al puesto, por desavenencias políticas con el presidente Reina Barrios, según cita La Historia General de Guatemala.

De la capital partió hacia Antigua Guatemala donde fue director de la banda de esa ciudad. Se supone que en esa época fue cuando compuso varias de sus obras más importantes, entre ellas, La flor del café, que ganó un segundo lugar en un concurso musical en Europa; Mi bella Guatemala, una de las más emblemáticas obras para el repertorio de marimba y Libre pensamiento.

Era director del Conservatorio cuando le sorprendió la muerte, el 25 de marzo de 1910, a los 46 años de edad. “Fue uno de los maestros de orquesta más aplaudidos en Guatemala y gloria de la tierra que lo vio nacer”, escribió Carlos Prahl, en el libro El Conservatorio Nacional de Música de Guatemala.

El 30 de octubre de 1963, el presidente Miguel Ydígoras Fuentes le rindió homenaje póstumo, con motivo del centenario de su nacimiento. La esposa de Alcántara recibió la Orden del Quetzal en nombre suyo.

Años después, el Conservatorio Nacional de Música pasó a llamarse Germán Alcántara. Asimismo, como un homenaje nacional, su retrato figura, junto a los de Mariano Valverde y Sebastián Hurtado, otros excelsos compositores nacionales, en el diseño del billete de Q200.

Escuche la pieza La flor del café.

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