PARÍS.- Juzgado por la vía de urgencia, el joven, que tenía antecedentes penales, fue condenado a un año de cárcel y la prohibición de tener mascotas en el futuro, la misma pena que había solicitado para él la Fiscalía.
El condenado, que reconoció los hechos, podía haber sido sentenciado al doble de pena de prisión, puesto que la ley francesa prevé penas de hasta dos años para este tipo de delitos y multas de hasta 30 mil euros.
La sentencia fue muy bien acogida por centenares de defensores de derechos humanos que se dieron cita en el Tribunal Correccional de París.