Su lanzamiento llega como soporte de la versión de Ordinary Love que hizo el productor Paul Epworth (responsable, entre otros trabajos, de 21 de Adele) y promoción de la recién estrenada película sobre Nelson Mandela, en cuya BSO puede escucharse el tema Breath, también de U2.
Además, sirve para calentar aún más las expectativas en torno al nuevo álbum de U2, sucesor de No Line on the Horizon (2009), del que se espera algún tipo de anticipo a modo de gran anuncio durante la próxima retransmisión de la final de la Superbowl en EE.UU., que tendrá lugar en febrero.