Vida Empresarial
Abre sus alas para celebrar la libertad de ser una misma
Carolina Herrera presenta su nueva fragancia femenina, La Bomba, una invitación a vivir con intensidad, alegría y autenticidad. Una fragancia que se traduce en aroma la energía vital de la mujer contemporánea: magnética, expresiva, inolvidable, no porque lo intente, sino porque lo siente y lo deja ver.
Fue Diana Vreeland, editora de moda más legendaria de todos los tiempos, quien la llamó “La Bomba”, un apodo que capturó su energía única y que, décadas después, sigue siendo una declaración de identidad.
En este 2025, la fragancia que ya se encuentra disponible en Fetiche, rinde homenaje a esa misma fuerza arrolladora, para celebrar la energía contagiosa, la espontaneidad y la frescura de la mujer Herrera: “una mujer que irradia autenticidad y convierte la emoción en estilo”. Porque todas las mujeres pueden ser la bomba, solo necesitan liberar su creatividad y atreverse a sentir con intensidad.

El desarrollo de La Bomba de Carolina Herrera estuvo en manos de tres perfumistas de renombre, Christopher Raynaud, Quentin Bisch y Louise Turner; y crearon un perfume pensado para dejar huella.
La pirámide olfativa comienza con una nota original e intensa: la pitaya roja, fruta tropical de piel escamosa y colores incendiarios, cuya pulpa dulce y refrescante aporta jugosidad y un efecto chispeante. Le sigue una explosión floral: la peonía Cherry, variedad excepcional de pétalos generosos y perfume embriagador, y junto a ella, el franchipán (flor de la plumería rubra) que introduce una dimensión solar, entre lo cítrico y lo sensual, con su característico color entre rojo y fucsia.

Al final, se sostiene sobre una vainilla extraída mediante el método tradicional de tintura, que aporta una calidez especiada y duradera, con una estela dorada, solar y profundamente sensual, que es la firma olfativa inequívoca de Carolina Herrera.

El frasco-joya en forma de mariposa símbolo de metamorfosis, atracción por la luz y libertad en movimiento, es un reflejo del poder creador de la naturaleza y de la belleza indómita, que apenas se puede apresar pero que deja una huella indeleble en la memoria, y que al final es una invitación a extender las alas y alzar el vuelo.
El tapón (una pieza inspirada en los emblemáticos brazaletes de la casa) enmarca una piedra en tonalidades rosadas, evocando el cuarzo rosa del que toma su inspiración.