Con amor y paciencia: guía emocional para dueños primerizos de mascotas rescatadas
Cada mascota rescatada posee una historia distinta, marcada muchas veces por el abandono o el maltrato, y requiere paciencia, comprensión y compromiso para lograr integrarse a su nuevo hogar.
Si bien no todos los casos son iguales, es importante que investigues todo lo que puedas sobre el pasado del animal: cuándo, cómo y dónde fue encontrado, edad aproximada, qué atenciones médicas ha recibido (vacunas, desparasitantes, si ya fue castrado o si se le ha detectado alguna enfermedad, por ejemplo), cuál ha sido el comportamiento que ha mostrado desde entonces, si se lleva bien con otras mascotas, con niños e, incluso, con humanos.
“Si rescatas un cachorro sano, el reto no es tan emocional, más bien sientes cariño y felicidad. Pero si es un perro adulto y le sumas un pasado de abandono, maltratos o si sufre alguna discapacidad, el desafío es ser resiliente y apoyarlo”, comenta Oscar Barneond (Pichy), entrenador canino de Arca de Noé.

PREPARACIÓN Y PRIMEROS PASOS
Para una persona sin experiencia, lo esencial es comprender que el animal puede llegar con hábitos adquiridos en la calle. “Un perro puede no estar acostumbrado a comer en plato o preferir dormir en el piso. Lo importante es tener paciencia y mostrarle poco a poco los nuevos espacios”, recomienda Pichy.
Es usual que el primer día no quiera comer, coma muy poco o se esconda. Dale tiempo y espacio para que se adapte a su nueva realidad. Procura ofrecerle el alimento que ya consumía y si deseas cambiarle, hazlo gradualmente. Si pasan más de 24 horas y la mascota sigue sin probar alimentos, consulta con un veterinario.
LA IMPORTANCIA DE LAS RUTINAS
En perros, el paseo diario es fundamental, especialmente para aquellos que recorrieron grandes distancias antes de ser rescatados. En gatos, se aconseja proveer espacios seguros y juegos que estimulen sus sentidos.
Es importante destacar que el entrenamiento con refuerzo positivo, es decir, premiar el buen comportamiento con premios, caricias y/o palabras suaves, es la herramienta más efectiva para generar confianza. Una rutina diaria, que incluya horarios de comida, ejercicio y momentos de juego, ofrece seguridad y estabilidad.

EL PAPEL DE LA FAMILIA Y LOS EXPERTOS
Involucrar a todos los miembros de la familia en el proceso de adaptación permite que la mascota entienda que forma parte del grupo. El apoyo de etólogos o entrenadores puede marcar la diferencia, sobre todo en casos de ansiedad severa o conductas que exceden la adaptación normal.
“El cariño y la atención hacen que el perro o el gato cambien, se sientan parte de la familia y desarrollen un vínculo emocional con sus tutores”, enfatiza el entrevistado.
Si posees otras mascotas, es importante que evalúes sus especies, edades, tamaños y personalidades antes, así como que realices una presentación previa.

UN PROCESO DE TIEMPO Y HONESTIDAD
La integración puede tomar semanas o meses. Si pese a los esfuerzos, la adaptación no se logra, lo más responsable es dialogar con el refugio y ser honesto sobre las dificultades. Como concluye Pichy, adoptar es un compromiso emocional que exige paciencia, empatía y amor, pero la recompensa es un vínculo que transforma tanto a la mascota como a la familia.

Noé dice...
Al adoptar una mascota puedes cambiarle el nombre, solo debes ser constante para lograr que se identifique con él. De hecho, es una buena idea hacerlo, para marcar el inicio de esta nueva etapa de vida para ambos.