Es obvio que el señor Pérez no entiende. La ciudadanía ya no le cree al binomio, y ya no lo quiere. ¡Están despedidos! Aunque se escuden tras un supuesto respeto constitucional (que debieron exhibir hace muuuuuucho) sabemos que no renuncian por miedo. Pueden seguir mintiendo, como lo han hecho hasta ahora; pagando carísimos anuncios —que no convencen a nadie— con nuestro dinero, ya no es posible creerles. En política, lo que se filtra por los medios de comunicación es solamente la punta del iceberg; quién sabe qué se está cocinando realmente entre quienes tienen el control del país. Pero la población ya sabe que hay cosas muy sucias, que las actuaciones de nuestros “gobernantes” han sido despreciables, y les perdió cualquier traza de respeto. Toca ver qué hace el Congreso con la papa caliente del antejuicio para Baldetti.

Sorprende que, según encuesta de Prensa Libre recién publicada, la gente todavía no tiene claro que este gobierno hizo añicos nuestros avances en materia ambiental e hizo negocios poco claros, onerosos y apestosos con nuestros bienes naturales. Es grave, porque nos retrocedieron años en la lucha para proteger nuestra riqueza natural. Entre otras cositas, su primera ministra de Ambiente fue una abogada, quien —además de aprovecharse del puesto para hacer negocios— le facilitó la vida a sus socios mineros con la ventanilla express y otras chuladas. Cuando eso se hizo demasiado obvio, la cambiaron por otra, militante del patriota, quien se dedicó a obedecer las órdenes del binomio, aunque estas fueran violatorias de la ley, extremo comprobado con el escándalo de Amatitlán, en el que la ministra fingió demencia para tapar los clavos de su patrona. Perdimos un ministerio que fue el resultado de décadas de trabajo tesonero de ambientalistas, ecologistas y tecnócratas. La más importante institución para la protección ambiental estaba muy lejos de ser perfecta, pero no era la cueva desde donde se fraguaban los negocios más peligrosos para la naturaleza de Guatemala y se tapaban los excesos de la parejita naranja. Durante el gobierno pepe fueron aprobadas varias licencias para la explotación de metales en las peores condiciones y como resultado hay una serie de conflictos sociales que ya han costado vidas. Además, se rumora (y hoy tenemos todas las razones para creerlo) que también están personalmente involucrados en operaciones mineras ilegales en Izabal. Y corre el rumor de que el saqueo de jade en la Sierra de las Minas también involucra a la señora, a una diputada pepe por Sacatepéquez, al doctorado coreano y a la esfumación de la compensación que Jaguar Energy le debe al país. Otro megaproyecto en el que trabajan, y que dañará naturaleza y comunidades peteneras, es la hidroeléctrica sobre el Usumacinta.

Ningún robo al pueblo de parte de sus gobernantes tiene justificación, pero cuando implica también destrucción de naturaleza, contaminación de agua, aires y suelos, el robo es una desgracia aún mayor, porque le roban futuro a todos nuestros descendientes, pero sobre todo a los más empobrecidos. Y eso no tiene perdón.