Mauricio Victorio nunca había donando sangre. Una amiga necesitaba una cirugía y le pidió el favor de ser parte de sus donadores. Cuando se lo contó a su hijo de 4 años este le dijo que "por qué no lo hacía para más personas ".
“Cuando uno comparte, todo es más alegre”, dice Mariajosé Echeverría, quien junto a su grupo de la iglesia, llevó a diez niños al cine.
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