Maricela contó que le daban cuatro pastillas en la mañana y cinco más por la noche, sin explicarle por qué. Y describió cómo empleados del centro de detención inmovilizaban a otra niña mientras un médico le ponía una o dos inyecciones.
Confirmo que he leído la Política de privacidad de Prensa Libre y estoy de acuerdo con el uso de mis datos.