El hecho ocurrió en Acre, estado brasileño en la frontera con Bolivia, informaron el viernes fuentes oficiales.
El alcalde de Río de Janeiro, c, dijo hoy que las autoridades brasileñas han estado desde siempre preocupadas con posibles actos terroristas durante los Juegos Olímpicos de 2016, especialmente ahora tras los atentados de París, pero alegó en que confía en las medidas adoptadas por el Gobierno.
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