Nuevas formas de movilidad sostenible

Mejorar la calidad del aire que respiramos, reducir el tráfico, movilizarse a un menor costo y cuidar el planeta son buenos motivos para revolucionar la forma de transportarnos.

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No importa si se trata de un recorrido largo o corto, por trabajo o diversión, las nuevas formas de movilidad están diseñadas para que todos podamos contribuir al cuidado del medio ambiente. El concepto de movilidad sostenible se centra en el uso de soluciones de transporte con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, energéticamente eficientes y respetuosas del medio ambiente.

Por otro lado, existen los servicios de micromovilidad que consisten en bicicletas, scooters eléctricos, bicicletas eléctricas y monopatines eléctricos, entre otros. Estos vehículos personales están diseñados para proporcionar una forma conveniente y asequible para que las personas se desplacen por las ciudades. La micromovilidad se enfoca en brindar soluciones a corto plazo, mientras la movilidad sostenible tiene en cuenta las implicaciones ambientales a largo plazo.

EL IMPACTO AMBIENTAL Y LA SITUACIÓN EN LATINOAMÉRICA

De acuerdo con el estudio Movilidad Eléctrica, avances en América Latina y el Caribe, 4.º edición, del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el transporte representa en la región el 15% de las emisiones de CO2.

Al ser la segunda región más urbanizada del mundo, 80% de la población vive en ciudades, por lo que la mayor parte del consumo energético y necesidades de movilidad se dan en centros urbanos.

Afortunadamente, Latinoamérica y el Caribe también “cuentan con una de las matrices eléctricas más limpias del mundo, lo que supone una ventaja única para migrar a las tecnologías de la movilidad eléctrica”, se cita en el referido documento.

Un buen ejemplo de ello es Guatemala, ya que el “78% de la energía eléctrica producida en el país en 2022 fue renovable”, resalta Nancy Chacón, presidente de la Asociación de Movilidad Eléctrica de Guatemala (AMEGUA). Es por ello que las industrias de ensamblaje y fabricación automotriz tienen potencial para verse beneficiadas por esta nueva tendencia de movilidad sostenible.

LA MOVILIDAD SOSTENIBLE EN GUATEMALA

Según datos del Plan Nacional de Energía de Guatemala, en 2005 se encontraban registrados dos vehículos eléctricos, cantidad que aumentó a 52 en 2016. Para el año pasado, la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) había registrado 465 autos eléctricos como parte del parque vehicular y se espera alcanzar las 4,500 unidades eléctricas en circulación para el año 2032.

Para Chacón, la situación de movilidad sostenible en el país “se encuentra en una etapa temprana de crecimiento, cada vez más los ciudadanos están conscientes de la existencia de la electromovilidad como un medio de transporte mucho más respetuoso con el medio ambiente y la salud de las personas”.

Uno de los avances en esta modalidad de transporte fue la emisión de la Ley de Incentivos para la Movilidad Eléctrica, que entró en vigor el 30 de agosto de 2022. Con ella se exonera el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de importación, IVA de primera venta y el Impuesto a la Primera Matrícula. También se exonera el Impuesto sobre Circulación de Vehículos a los automóviles eléctricos o aquellos impulsados por hidrógeno.

“La ley declara de interés público la promoción y uso de vehículos eléctricos, de hidrógeno y sistemas de transporte eléctrico, para promover la inversión en infraestructura y producción de energía eléctrica, la eficiencia del transporte público y privado, la diversificación de la matriz energética y la descarbonización del parque vehicular”, se cita en el Decreto 40-2022 correspondiente a la
referida ley.

En consecuencia, “algunas municipalidades como la de La Antigua Guatemala y Santa Catarina Pinula ya iniciaron pruebas piloto con algunas unidades. La municipalidad de Guatemala también publicó en 2022 una licitación para la primera flotilla de buses totalmente eléctricos”, agrega Chacón.

LA CARGA ELÉCTRICA

El establecimiento de tarifas eléctricas específicas es una de las claves para estimular la compra y uso de vehículos eléctricos. En este sentido, Chacón explica que “los vehículos 100% eléctricos poseen autonomías entre 300 y 400 kilómetros, distancia suficiente para los usuarios individuales y de flotillas de reparto departamentales. El guatemalteco promedio recorre unos 60 kilómetros diarios, por lo que las autonomías actuales son más que suficientes para conducir en el día y recargar durante la noche el consumo diario de la batería”.

Por su parte, la Empresa Eléctrica de Guatemala, S.A. (EEGSA) ha venido trabajando en diferentes iniciativas que incluyen implementar una tarifa horaria para clientes comerciales y de media tensión con demanda de potencia, así como realizar pruebas con vehículos eléctricos para determinar su operación y desempeño.

En colaboración con la iniciativa privada, se ha desarrollado una red de cargadores en el país, siendo a la fecha un total de 45 puntos de carga públicos, que suman un total de 62 cargadores para vehículos eléctricos. La mayoría se encuentra en Guatemala y algunos en departamentos como Chimaltenango, Sololá, Jutiapa, Huehuetenango y Escuintla, entre otros.

Chacón explica que uno de los retos para la movilidad sostenible en el país es contar con una amplia infraestructura de cargadores rápidos en el interior, que facilite la carga a los usuarios que conducen trayectos largos.

 BENEFICIOS DE LA MOVILIDAD SOSTENIBLE Y LA MICROMOVILIDAD

Estas nuevas modalidades de transporte favorecen tanto el cuidado de la salud, como la economía de las personas y el cuidado
del planeta con algunas de estas ventajas:

  • Reducción de la contaminación ambiental
  • Una mejor calidad del aire reduce el riesgo de enfermedades respiratorias
  • Beneficios para la salud individual y pública
  • Reducción de las emisiones de carbono
  • Ahorro en mantenimientos y algunos impuestos (por incentivos)
  • Ampliación de las alternativas asequibles de transporte
  • Nuevos puestos de trabajo
  • Reducción del tránsito
  • Más espacios verdes
  • Menos dependencia de los combustibles fósiles
  • Generación de empleo local y fomento de una economía circular al consumir energía eléctrica renovable
    producida en Guatemala

PRINCIPALES TIPOS 

Vehículos eléctricos: incluyen toda la variedad de automóviles tipo sedan, SUVs y picops, entre otros. Los hay híbridos (con motor de combustión y batería eléctrica), eléctricos 100% y los de mayor evolución que funcionan a base de hidrógeno. De acuerdo con Nancy Chacón, presidente de AMEGUA, los usuarios ahorran 75% en el gasto de combustible. “Si un guatemalteco está gastando Q1,600 al mes en gasolina, al migrar a un vehículo eléctrico gastaría Q400 al mes en electricidad para recorrer la misma distancia”, explica.

Otros beneficios atribuidos a este tipo de vehículos son una reducción de gastos en mantenimiento. Varios modelos requieren el servicio cada 30,000 kilómetros, debido a que cuentan con una infraestructura más sencilla, además posen un sistema de regeneración en los frenos.

Tuk-tuk: cuentan con tracción eléctrica y están diseñados para transporte urbano de pasajeros y/o carga de corta distancia.

Buses: representan una forma importante de transporte en Latinoamérica y el Caribe debido a las altas concentraciones de personas en áreas urbanas. En Guatemala se inició un proyecto de prueba con un bus eléctrico en 2018.

Patinetas: en 2019 se dio inicio en el país a un proyecto de patinetas eléctricas con 100 unidades Bird One Scooters y su respectiva app compatible con iOS y Android.

Esta iniciativa de transporte cuenta con cobertura en las zonas capitalinas 10, 14, 15, un área de la zona 4 y ciclovías en las avenidas La Reforma y Las Américas, habilitadas por la municipalidad metropolitana. En este proyecto también ha participado EEGSA, como un aliado importante, previendo que las recargas iniciales se hagan de forma gratuita en los centros de servicio durante la madrugada, mientras se instalan estaciones de carga en distintos sectores de la ciudad.