“Lo que tanto temíamos sucedió. Yo recuerdo que Prensa Libre vino el año pasado a ver esta situación y publicó la noticia del riesgo en que vivíamos, pero las autoridades no hicieron nada”, expresó Flores.
“Ahora este deslave nos ha dejado sin agua en las casas, sin luz, y varias familias que viven en la parte alta del cerro se quedaron incomunicadas, porque se fue parte de la carretera que les permitía llegar al centro de la aldea”, agregó.
Conred no llega
Flores esperaba la presencia de delegados de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), pero nadie llegó, por lo que esperan que lo hagan pronto.
Al lugar se presentó el día de la tragedia el gobernador Rigoberto Salazar, quien, por la oscuridad, no pudo darse cuenta de la magnitud del alud, y decidió regresar ayer y afirmó que tratará de brindar apoyo.
Ramiro Sitún, vecino que perdió su casa y su plantación de café, calculó las pérdidas en más de Q250 mil.
Félix Pineda, otro afectado, explicó que le costó convencer a su esposa para que dejaran la casa, y poco después de haberlo hecho, quedó soterrada por el deslave.