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Cocineros de hospital, una tarea complicada que contribuye con la salud de los pacientes

Mientras en las clínicas, quirófanos y otras áreas del Hospital General San Juan de Dios personal médico y de enfermería se esfuerza por salvar vidas, en la cocina del nosocomio también hay personal con mucha experiencia, de cuya labor también depende la salud e incluso la vida de miles de pacientes. 

Ana Beatriz de la Cruz prepara chuleta para el almuerzo de pacientes con dieta libre. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila).

Ana Beatriz de la Cruz prepara chuleta para el almuerzo de pacientes con dieta libre. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila).

El tiempo apremia en los pasillos, médicos se desplazan para atender a los enfermos, otras personas dan información y enfermeras están al tanto de los pacientes. Mientras esto pasa, en la cocina, las marmitas, sartenes, ollas y otros utensilios sirven para preparar los alimentos.


La tarea no es fácil, pues se debe atender los menús de dietas libres y los menús bajos en calorías o azúcar, depende el estado de salud de los pacientes. El olor a comida envuelve el área en la que se desempeñan los cocineros, con redecilla y gabacha.

Ana Beatriz de la Cruz, de 52 años, tiene 21 de trabajar en el hospital y mientras prepara chuletas relata que ha sido buena la experiencia de colaborar en la salud de miles de guatemaltecos. “Aquí también se trabaja por amor al paciente, por ellos no esforzamos”, dijo Ana.

Junto a sus compañeros se encarga de la preparación de menús de dietas libres como pollo, carnes, frijoles, salchichas y recados.

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El equipo también lo integra Elsa Esperanza Castillo, 50, quien cada día pone cuidado en sus labores culinarias.
Agrega que su familia está contenta con su trabajo de cocinera en el hospital, el cual desempeña desde hace 24 años, tiempo en el que ha tenido buenas experiencias en el servicio al prójimo.

En el área de dietas especiales está Aura Arana Jiménez, 34, quien llegó hace 4 años al área de cocina. Parte de su labor es preparar las dietas sin grasas y sin sal.

De acuerdo con la demanda, cada día cocen unas 200 zanahorias y 75 güisquiles, entre otras verduras.
“Tenemos que darles lo mejor, como verdura cocida o picado de carne. Las nutricionistas se encargan de pasarnos los menús”, manifestó la cocinera, quien indicó que para el almuerzo atienden a unos 500 pacientes.

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“Estoy contentan con mi trabajo y de aportar para el bienestar de los guatemaltecos”, manifestó Arana.

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ESCRITO POR:

Óscar García

Periodista de Prensa Libre especializado en periodismo comunitario e historias humanas con 12 años de experiencia.