El guardia comentó que su jornada comienza desde muy tempranas horas, ya que entre las 6 y 7 horas aprende idiomas y después abre el negocio donde trabaja.

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Aparte del equipo de trabajo, Perebal tiene un cuaderno en el cual tiene apuntadas ciertas frases para repasar los idiomas.

Después de las 18 horas, cuando termina su jornada, el guardia combina la vigilancia con el estudio y dedica tres horas de la noche para aprender los idiomas.

“Hablo inglés, italiano, francés, portugués, castellano y quiché”, relató Perebal, quien actualmente tiene nivel intermedio de japonés, ruso, mandarín, alemán. Contempla el griego y hebreo.

Un libro lo incentivó

De acuerdo con Perebal, en su pueblo natal estudió la primaria y desde allí despertó su deseo de estudiar inglés. “Comencé a aprender con un libro que me costó Q5”, expresó.

Entre las anécdotas, recordó que un maestro le cuestionó el por qué estudiaba inglés, ya que no lo contemplaba el pensum, pero él le restó importancia.

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Meses después, Perebal no se rindió ante las limitaciones económicas y compró diccionarios para aprender gramática. A través de videos y textos en internet perfeccionó la escritura y pronunciación.

El guardia políglota explicó que su padre le preguntó que cuál era su anhelo de estudiar inglés, a lo que él respondió que soñaba con viajar a Estados Unidos.

Pedro, como le llaman en el trabajo, refirió que el año pasado se graduó de bachiller en computación y agradeció a la empresa que le dio la oportunidad de trabajar.

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Agregó que espera alguna oportunidad, ya que uno de sus objetivos es trabajar en el extranjero. Otra de sus pasiones es la aviación, por lo que desea prepararse en esa área.

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