Ciudades

Carmen lucha cada día por salir adelante con sus cuatrillizos

La vida de Carmen García Campo cambió de golpe cuando nacieron sus cuatrillizos, y dos años después su esposo la abandonó. A pesar de todo, ella lucha porque sus hijos estudien y crezcan sanos.

Carmen posa junto a Isaí, Joel y Carmen, tres de los cuatrillizos, en su casa de La Máquina, Suchitepéquez. (Foto Prensa Libre: Cristian Icó Soto)

Carmen posa junto a Isaí, Joel y Carmen, tres de los cuatrillizos, en su casa de La Máquina, Suchitepéquez. (Foto Prensa Libre: Cristian Icó Soto)

Cuando Carmen llegó al hospital, agobiada por los dolores de parto, descubrió que algo no andaba bien. “No es solo un niño el que viene”, le dijo el médico y ella incrédula preguntó si serían gemelos.


Cuando el médico le informó que no eran gemelos, que eran cuatrillizos, sintió una punzada mucho más fuerte en el vientre.

Los cuatrillizos Joel, Isaí, Carmen y Bernabé, cumplirán 6 años el próximo 30 de abril. Tres de ellos van a la escuela y tienen un desarrollo normal. Bernabé sufrió pérdida de oxígeno al nacer, lo que  le causó daño cerebral. El pequeño todavía no puede hablar ni caminar. Debe tomar el  medicamento Lamotrigina de por vida, pero su madre no siempre puede comprarlo. Convulsiona con frecuencia y en esos episodios Carmen trata de llevarlo a prisa al centro de salud de San José La Máquina, Suchitepéquez, donde residen.

Carmen, de 42 años, ya era madre de dos niños cuando nacieron los cuatrillizos, Estefana, que ahora tiene 11  y Emer, de 9.

Su esposo se dedicaba a trabajar en el campo y ella, a atender el hogar. Carmen quedó  embarazada dos años después de haber dado a luz a los cuatrillizos y fue entonces cuando el padre de los niños los abandonó.

“Él nunca aceptó que Bernabé era especial y cuando supo que venía otro niño en camino se fue. No lo hemos vuelto a ver”, cuenta Carmen. En junio del 2014 nació María, la séptima de los hermanos.

Carmen, Joel e Isaí, a pesar de las necesidades económicas que tienen en su casa no pierden la sonrisa. (Foto Prensa Libre: Cristian Icó Soto)

Lucha diaria

A principios de febrero, la salud de Bernabé empeoró y tuvieron que trasladarlo en ambulancia al hospital Hermano Pedro, en Antigua Guatemala. Allí ha permanecido en recuperación hasta ahora.

Carmen viajó a visitarlo la semana pasada y se alegró de verlo “más gordito y sonriente”, le dijeron que muy pronto lo darían de alta. Sin embargo, la madre está preocupada porque no tiene el dinero para pagar el transporte de regreso.

Carmen vive junto a sus padres, trabaja lavando ropa ajena cada vez que puede, aunque reconoce que no siempre logra hacerlo porque tiene que velar por los niños.

Lectura recomendada | Mujeres rompen estereotipos y aprovechan oportunidad de empleo en gasolinera

“A veces no tengo ni para la comida, pero yo digo: ‘Señor, agárrame de la mano’, y sé que Él me mandará algo”, asegura.

Los niños reciben a los visitantes cantando coros de la iglesia, que saben de memoria. Bernabé no habla, pero ríe. Y eso es lo que más emociona a Carmen, es la paga para todos sus desvelos.

Foto del archivo familiar en la que se observa a Carmen, quien tiene en brazos a Bernabé, uno de los cuatrillizos que necesita un medicamento para toda la vida. No siempre la madre lo puede adquirir por la falta de dinero. (Foto Prensa Libre: Cristian Icó Soto)

Puede ayudar

Si desea ayudar a esta madre y sus niños puede hacer un depósito  en la cuenta de ahorros 4014215548 del BAM, a nombre de Carmen García Campos.

Más historias cotidianas:

> Hijos luchan hasta el último momento para apoyar a su madre con cáncer, pero la enfermedad ganó la batalla
> Taxistas, testigos de la vida en la ciudad, comparten sus historias
> Artistas urbanos desafían los estereotipos en las calles de la ciudad

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: