El hundimiento más reciente ocurrió el domingo 15 de septiembre, en el kilómetro 258.5, en Chimusinique, zona 12, de la cabecera departamental. Tres horas de lluvia intensa fueron suficientes para que se abriera un agujero de 11 metros de largo, 15 metros de ancho y nueve metros de profundidad.
Solicitud desatendida
El presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo del lugar, William Ramírez, aseguró que hace dos años solicitaron a la Zona Vial de Caminos que se efectuara un trabajo preventivo y que se cambiaran los tubos transversales, pues estos ya no estaban en condiciones de soportar la cantidad de agua que pasaba por el lugar, pero su demanda nunca fue atendida.
Ramírez consideró que si se hicieran estos trabajos en la ruta no habría necesidad de gastar tantos millones de quetzales en rehabilitar el paso cuando ocurre algún incidente.
Expresó que una carretera tan importante como la Interamericana, que lleva a la frontera con México y viceversa, no puede estar en tan malas condiciones.
El vecino Amílcar Castillo cree que el tramo ya tiene más de 50 años de haber sido construido y los tubos colocados para el paso de agua pluvial no se diseñaron para la cantidad de agua que ahora dejan las lluvias.
El mismo problema
En el kilómetro 260 se encuentra otro hundimiento que abarcó los dos carriles, el cual ocurrió en julio de este año debido a la lluvia. En esta área también el agua destruyó los tubos transversales.
Señaló que aunque la emergencia fue en julio, los trabajos de rehabilitación del tramo no han concluido.
Pobladores del sector indicaron que en la reparación de estos dos tramos las autoridades tienen previsto gastar Q2 millones, mientras que los trabajos preventivos hubieran costado menos de Q100 mil.
Según Giovanny García, secretario de la organización Arquitectos de Huehuetenango, la deforestación también es un factor importante para el deterioro de la ruta, pues cuando el agua encuentra suelo erosionado llega a la cuenca con mayor fuerza y destruye la vía.
Otro factor que perjudica es que no se limpian los acueductos, y durante el verano, vecinos han aprovechado para realizar rellenos en el cauce de los riachuelos, sin pensar que en invierno se convierten en ríos caudalosos.
Coincidió en que las autoridades deben llegar a las comunidades y explicar los problemas, impulsar políticas de reforestación y frenar las talas, ya que las consecuencias se padecen en cada invierno.
El alcalde de Huehuetenango y representante de la Asociación Nacional de Municipalidades, Augusto Gómez, expuso su preocupación por el abandono de la red vial, debido a la falta de presupuesto del Ministerio de Comunicaciones. “A todos los alcaldes nos preocupa porque estos hundimientos perjudican el tránsito y dejan pérdidas económicas”, expresó.
Aseguró que han solicitado al Gobierno que agilice los trabajos en esos tramos.
Falta de prevención
Jorge Méndez, delegado de la Coordinadora Nacional para la Reducción
de Desastres, dijo que la basura que malos vecinos lanzan a la carretera tapa los tubos transversales.
Explicó que si hubiera prevención por parte de los mismos vecinos y coordinación con las autoridades o empresas contratadas para dar el mantenimiento a los tramos, se podrían evitar problemas como estos.
El gobernador Antonio López Rojas refirió que ya se trabaja en los hundimientos de Chimusinique y se espera dejar expedito el paso a finales de la próxima semana.
Mencionó que se ha realizado un estudio para determinar si puede ocurrir un hundimiento en el kilómetro 240 y así realizar los trabajos preventivos.
Agregó que tienen otros puntos identificados como de riesgo en los kilómetros 215, 252.8, 274 y 340, y se espera que el Ministerio de Comunicaciones también haga trabajos de mitigación.
Dijo que desconoce con exactitud los costos de los trabajos de reparación, pero que oscilan entre los Q600 mil y Q1 millón.