Fernández agregó que se ofrecen arbolitos desde Q200 a Q350 y coronas de distintos tamaños entre Q35 y Q60.
“Esta es una oportunidad de brindarle una mano a productores que durante un año han hecho bien los trabajos en los procesos de plantaciones del pinabete en Quiché, Totonicapán, San Marcos y Huehuetenango, supervisados por el Conap y el Instituto Nacional de Bosques (Inab), razón por la que fueron invitados a participar en esta feria, para incentivarlos a que sigan con su actividad”, explicó Fernández.
Las ramillas poseen el marchamo blanco de seguridad, que garantiza la legalidad de la compraventa, aseguró.
Operativos
Los organizadores expusieron que mantienen un estricto control en las plantaciones, para evitar la tala ilegal de esa especie protegida por la ley, ya que está en peligro de extinción.
Otoniel González, uno de los productores de Tejutla, San Marcos, expresó que tiene siete años de dedicarse al cultivo del pinabete, y que espera que haya afluencia de compradores, ya que eso los incentiva a seguir en ese trabajo.
“Este árbol mantiene su color y aroma por varias semanas, y eso le da un toque especial a los hogares, por lo cual es un producto de mucha demanda”, dijo González.