Ralde indicó que a la reunión llegaron representantes de la empresa Transportadora de Energía de Centroamérica, S.A. (Trecsa), pero estos no estaban bien informados y evadieron varias preguntas de vecinos.
Los inconformes indicaron que la Municipalidad otorgó permisos de pasos de servidumbre a Trecsa, para el cableado, sin haber consultado a la comunidad, por lo que se entabló una demanda en el Juzgado de Primera Instancia Penal y Delitos contra el Ambiente de Puerto Barrios y otro en la capital, para detener el proyecto.
Los vecinos fueron amparados provisionalmente y, en tanto, se busca una solución sin dañar la salud de los vecinos y evitar la contaminación visual, ambiental y comercial.
Podría causar daños
Federico Flores, representante de los consejos comunitarios de Desarrollo (Cocode) de las márgenes del río Dulce, expuso que Trecsa quiere instalar dos torres de 85 metros de altura cada una, para colocar seis cables, a fin de transportar 150 mil voltios de corriente, lo cual causará daños en la población, en el paisaje y la economía.
El vecino José Juárez dijo: “Las autoridades de ambiente se tiran la chibolita diciendo que no se ha aprobado el estudio de impacto ambiental, pero otros dicen que ya se hizo”.
Vicente Interiano, alcalde de Lívingston, indicó que hay una solicitud para permitir el paso de servidumbre, pero que aún lo analiza el Concejo.
Agregó que respetará la decisión de la población, ya que en esta radica el poder. “Nosotros —el Concejo— solo somos representantes”, resaltó.
En un comunicado, Trecsa informó que cuenta, desde el 2011, con los permisos que manda la ley, incluido el aval municipal y la licencia ambiental del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap).
Agrega que en el dictamen del Conap se especifica que la línea de transmisión no afecta la ecología del Parque de Río Dulce, y en la resolución del Ministerio de Ambiente se manda a la empresa a colocar la línea de transmisión que atravesará el Lago de Izabal, con modalidad aérea, por considerar que es la que menos impacta en el ambiente.
Añade que antes de empezar la construcción, Trecsa debe firmar un convenio de medidas de mitigación con el Conap, lo cual es lo único pendiente.
El comunicado señala que Trecsa privilegia el diálogo y el cumplimiento de la ley.
“Hemos actuado precisamente de esta manera y propusimos a los hoteleros y marinas del lugar crear una mesa de diálogo, con el acompañamiento de las autoridades competentes, que permita canalizar sus inquietudes. De hecho, hemos sostenido ya dos reuniones con representantes de la zona”, según el texto.