Castillo portaba en la cintura una pistola 9 mm; sin embargo, no le dio tiempo repeler el ataque en su contra.
Un vecino indicó que al momento del ataque, por el lugar circulaba un autopatrulla de la Policía Nacional Civil; sin embargo, los agentes no persiguieron al presunto sicario, y solo acordonaron la escena del crimen.
Adolfo Castillo era conocido por sus amigos como “chorro de balas”, ya que cuando ingería licor disparaba al aire.
Familiares indicaron que Castillo se dirigía a comprar material de construcción a una ferretería ubicada en el barrio El Cóndor, cuando ocurrió el ataque.