El Ministerio Público (MP) efectuó anteayer varios cateos en viviendas de la aldea El Caoba, Ciudad Flores, en busca de los atracadores, sin éxito.
Las autoridades informaron que se trata de dos bandas muy bien organizadas que operan en la carretera que comunica con esa ciudad maya, y otra más que controla el paso de turistas en la ruta de terracería entre Tikal y Uaxactún.
En Uaxactún
El sitio arqueológico de Uaxactún se encuentra a 23 kilómetros de Tikal, y cuenta con estructuras prehispánicas de singular importancia, entre estas el Observatorio Meteorológico, que servía a los mayas para clasificar los períodos de lluvia y las épocas de siembra.
Para llegar a este lugar existe una carretera ecológica, que por lo general se mantiene en pésimas condiciones. En esta opera un grupo de maleantes que mantiene atemorizada a la población local y a los guías de turismo.
El administrador del Parque Nacional Tikal, Édgar Chan Aguilar, informó ayer que “esta ciudad está prácticamente rodeada por maleantes que operan tanto en la ruta a Flores como en la carretera a Uaxactún, lo que pone en peligro todas las actividades programadas para la celebración del 13 baktún”.
Chan mostró a Prensa Libre varias notas dirigidas a la Comisaría 62 de la PNC, en la cuales se exponen los graves problemas que causan los asaltos, y pide mayor cooperación para frenarlos y lograr la captura de los delincuentes.
“Esto es preocupante porque cuando no asaltan en la carretera a Tikal, los maleantes lo hacen en la ruta a Uaxactún, lo que da margen a pensar que Tikal está rodeada por grupos organizados de delincuentes”, enfatizó el funcionario.
Atracos recientes
Recientemente, en Uaxactún fueron asaltados los arqueólogos Thimony Puga, Evelyn Chan Nietú y Martin Justin Drake, a quienes les robaron Q2 mil 300, cámaras, documentos personales y equipo que utilizan en su labor.
Días después también fue asaltado Raúl Arturo Jiménez, de una empresa ecologista, a quien despojaron de Q15 mil y varios objetos de valor.
Hechos similares se repiten casi a diario, lo que, de acuerdo con Chan, amerita mayor vigilancia por parte de las autoridades.