Guatemala

Denuncian incursión de beliceños

Campesinos residentes en la zona de adyacencia entre Guatemala y Belice denunciaron que soldados beliceños incursionaron en sus terrenos y destruyeron cultivos de maíz, el fin de semana último, por lo que exigen la presencia de autoridades de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Habitantes de la zona de adyacencia recogen parte de sus cultivos que fueron destruidos por militares beliceños.

Habitantes de la zona de adyacencia recogen parte de sus cultivos que fueron destruidos por militares beliceños.

Mariano Díaz García, integrante del Consejo Comunitario de Desarrollo, de Santa Cruz, Petén, informó que los militares beliceños ingresaron el sábado recién pasado a sus áreas de cultivo, a unos 200 metros de la línea imaginaria entre Petén y el país vecino.

Refirió que destruyeron unas cinco manzanas de maíz, pepitoria y frijol, propiedad de los campesinos Fernando Estrada, Gregorio Cruz, Ernesto Amador, Rubilio León y Gregorio Esquivel, quienes calculan sus pérdidas en más de Q 15 mil.

Los afectados indicaron que acuden a sus labores agrícolas con temor, debido a que en cualquier momento podrían ser apresados por las autoridades beliceñas, por lo que algunos han optado por no ir a sus áreas de cultivo.

Elman Vega López, habitante de la zona de adyacencia, dijo que los atropellos por parte de las tropas beliceñas no los dejan estar en paz, por lo que piden a la Cancillería guatemalteca y a la OEA que exijan al Gobierno del país vecino que retire el destacamento militar instalado a unos 300 metros de esa comunidad.

Indicó que el responsable directo de ordenar aprehensiones contra los peteneros y destrozar sus cultivos es el sargento Ibor Navarrete, jefe del citado destacamento, pues cada vez que ha estado a la cabeza de dicho comando ha ocurrido esta clase de incidentes.

Como medida de protesta, los campesinos colocaron barricadas en la entrada a la aldea Jalacté, Belice, de donde llegan a vender sus productos agrícolas, y expresaron que no se moverán del lugar mientras no sean escuchados por autoridades de Petén y de la OEA.