La tradición consiste en que los visitantes locales y nacionales, observen, disfruten y degusten de las golosinas y platillos regionales, que son colocados en mesas pequeñas hechas de madera, en las afueras de las todas viviendas.
Castellanos agregó que en esta ocasión la comuna aportó para que las personas colocaran sus ventas en una casita, para proteger los productos al llover o por cualquier otra eventualidad.
Durante la actividad culinaria, los parroquianos degustarán de tamalitos, conservas, empanadas, dulces, bollitos de carne, tacos, nance, marañón y jocote curtido, buñuelos, tostadas, bocadillos, nuégados, semillas de pepitoria tostada; las bebidas, atol de tres hervores, y el tradicional ixpasa, también conocido como atol shuco.
Carlos Lara Heredia, vecino del lugar, manifestó que dicha actividad gastronómica se remonta del siglo XVIII, y tuvo su origen en la isla de Flores, traída por personas mexicanas originarias del estado de Chiapas, tomando auge en esta zona que dista del área central (San Benito y Santa Elena) que está a 17 kilómetros.