Aumenta el número de menores involucrados en delitos en Xela

De enero a julio del 2017, el Juzgado de la Niñez y la Adolescencia de Quetzaltenango ha conocido 284 casos por adolescentes señalados de haber cometido algún delito.

El fin de semana un menor de edad de 15 años (izquierda) fue capturado junto a Marlon Campana de 26 años, señalados de herir a un piloto en un ataque armado. (Foto Prensa Libre: María José Longo)
El fin de semana un menor de edad de 15 años (izquierda) fue capturado junto a Marlon Campana de 26 años, señalados de herir a un piloto en un ataque armado. (Foto Prensa Libre: María José Longo)

En el 2016 se registraron  253 casos en el mismo período, y  aunque el incremento es leve, diferentes sectores manifiestan su preocupación, en especial  en los casos de delitos sexuales, que son los más frecuentes.


De acuerdo con  personal del Juzgado, el incremento ha sido mayor en los casos de adolescentes que cometen violaciones y agresiones. “Creo que esto se da por la poca educación sexual que reciben padres y niños. Algo que también perjudica es la falta de orientación en los adolescentes sobre el  valor   su cuerpo y el de una mujer”, explicó María José Rebordelo, secretaria del referido juzgado.

Añadió que otro factor que influye es el hacinamiento en el que viven las familias.  “Si los padres de familia no llevan una vida sexual sana, el niño repite lo que ve en casa y lo hace con quienes están a su alrededor; es decir, sus primas y hermanas”,  indicó. 

Este año, ese juzgado ha conocido casos de niños menores de 10 años que ingieren bebidas alcohólicas o drogas, así como de adolescentes que abusan de sus hermanas, incluso cuando son niñas  de 8 años. Además, hay reporte de   robos, hurtos, extorsiones o asesinatos.

El hecho más reciente ocurrió el fin de semana pasado,  cuando agentes de la Policía Nacional Civil, (PNC)  detuvieron a un menor de 15 años en la zona 5 de Xela. Se presume que junto a un adulto participó en el ataque armado contra un bus, en el que  el piloto resultó herido.


Para el criminólogo Carlos Martínez, la falta de confianza en la sociedad para abordar   la sexualidad es un factor que perjudica. “Ante su ignorancia, los adolescentes cometen delitos. Esto es como si existiera una piscina en la que los padres, la escuela y la Iglesia les dicen a los adolescentes que no deben meterse, pero no les enseñan a nadar”.

Ofelia Ochoa, integrante del Frente Nacional de Juventud, cree que se deben crear políticas públicas para evitar que los adolescentes se involucren en hechos delictivos, lo que implicaría crear espacios para promover la participación de los adolescentes en arte, cultura, deporte y contar con espacios de recreación.

Poca inversión del estado

Al mismo tiempo que aumentan la cantidad de menores involucrados en delitos, organizaciones sociales denuncian que el estado no invierte lo suficiente en la protección de ese sector de la población. 

La organización Centro Ecuménico de Integración Pastoral de Quetzaltenango (Ceipa) señaló que existe un deficiente presupuesto para las instituciones encargadas de cuidar y proteger a la infancia, lo cual refleja el poco interés que el Estado tiene hacia ese sector vulnerable de la población.

Ceipa lleva a cabo consultas con jefes de distintas dependencias del Estado vinculadas con la niñez y adolescencia en el occidente, con el fin de presentar en diciembre próximo una propuesta al Ejecutivo y Legislativo, para mejorar el financiamiento de esas instituciones en el presupuesto 2019.   El viernes pasado,  García sostuvo una reunión con jefes de dependencias en Xelajú.

Ricardo García, director de la oenegé, dijo que hay preocupación debido los recortes presupuestarios en instituciones como la Procuraduría General de la Nación (PGN), el Hogar de Protección y Abrigo, de la Secretaría de Bienestar Social y la Policía Nacional Civil (PNC).

Informó que se entrevistarán con 120 adolescentes que permanecen bajo el resguardo de la Secretaría de Bienestar Social, para conocer cómo perciben la atención y qué mejoras sugieren.

Se intentó conocer la postura de Juan Rosales, gobernador   de Quetzaltenango, pero no se localizó en su despacho y no respondió   las llamadas telefónicas.