La jueza informó que, según la denuncia, el 21 de Julio del 2016 la capitana fue citada al despacho del entonces director del instituto Adolfo V. Hall junto a otros oficiales y con palabras soeces y somatando la mesa con sus manos la reprendió por un procedimiento no realizado, lo que causó que continuará con presiones en su trabajo hasta que fue trasladad a otro departamento 10 día después de haber colocado la denuncia en el MP.
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En sus declaraciones, la capitana señaló al exdirector de obligarla a sentarse en una mesa a escuchar canciones sugestivas y decirle que le pasaría un chicle que él tenía en su boca; además, dijo que observó al militar cuando sacaba a bailar a estudiantes en estado de ebriedad, pero eso no estaba incluido en la denuncia, indicó la jueza.

Estigmatizada

En su intervención, la denunciante dijo que por haber comenzado el proceso en contra del exdirector del instituto militar la han estigmatizado en el Ejército. “Crearon un estereotipo en mi persona manifestando que no se me puede decir nada porque los voy a denunciar, creo que puse en peligro mi trabajo, pero si me despiden por esta acción estoy preparada para buscar otras oportunidades, pero no callaré”, manifestó.

Pidió a la jueza que escuchará su voz. “Así como ella hay muchas mujeres dentro del Ejército que sufren algún tipo de violencia, pero prefieren callar porque saben que lucharán solas contra los oficiales hombres y es muy difícil. No estoy en contra de la institución, sino de las acciones ilegales de algunas personas”, manifestó.

Fuentes Velásquez negó las acusaciones, leyó varios versículos de la Biblia y “bendijo” a su acusadora y dijo que este proceso lo había convertido en un mejor padre, esposo y persona. “Yo no distingo entre chaparros, altos, católicos, evangélicos o diversidad sexual, mis órdenes siempre fueron igual para todos”, afirmó.

El militar agregó: “Jamás me presté a torcer el derecho, se debe exigir un ejército con disciplina, jerarquía, carácter y honorabilidad porque son ustedes los interesados en tener un ejército para que los defiendan, pero hay grupos dedicados a desprestigiar a las instituciones”.

Desaparece documento

En medio del debate se conoció que desapareció el informe psicológico de la víctima, presentado por el querellante adhesivo, por lo que se revisaron audios, se llamó a la perita que lo elaboró, pero nadie tenía el documento original; todas las partes, incluida la jueza, tienen una copia; por lo que el abogado defensor Henry Pérez protestó y pidió que se suspendiera la audiencia, a lo que no accedió la jueza.

Pérez manifestó su complacencia por el resultado del juicio pues se presentaron las pruebas suficientes de descargo y eso valió para demostrar la inocencia de su cliente, comentó.

Apelarán la sentencia

Esteban Celada, representante de Mujeres Trasformando el Mundo, quienes se constituyeron como querellante adhesivo, visiblemente molesto, dijo que apelarán el fallo. “Nuevamente volvemos a ver en Quiché que la justicia es antojadiza, el sistema de justicia del departamento debe de ponerse en la mira porque se manda el mensaje a la población de que todo tipo de violencia ya sea tortura o violencia psicológica es permitida en esta región”, señaló.
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“Es preocupante que la jueza no valorará tres peritajes de psicólogos ya que el Instituto de Ciencias Forenses tiene la facultad de certificar el daño psicológico, nosotros pedimos ocho años de cárcel pero no se dio; responsabilizamos a la jueza de lo que pase de aquí en adelante con la víctima, ya que ella tiene que regresar a la institución castrense y ahora estigmatizada con esta sentencia”, afirmó Celada.

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