Juana Caba Laynez, una de las profesoras, dijo que ella y otra compañera, de quien no reveló el nombre, pagan Q300 mensuales cada una para alquilar dos locales para atender a los escolares. Recordó que como no hay mobiliario, los padres de familia han llevado algunos muebles, los cuales no alcanzan para todos.
No hay seguridad
Agregó que los estudiantes y maestras se ven obligados a soportar el humo de los comedores. Además, deben lidiar con la afluencia de personas al mercado, lo que supone un riesgo de seguridad para los pequeños.
Marlis Pérez, directora de la escuela, indicó que el problema lo viven desde el 2002. Lamentó que a la fecha no se ha logrado nada para que les construyan un edificio propio.
José Luis Grijalva, subdirector departamental de Educación de Quiché, indicó que la falta de infraestructura propia para la Escuela de Párvulos de Chajul obedece a que la comunidad educativa de ese municipio no ha gestionado la adquisición de un terreno para construir el edificio.