“Al ingresar a la escuela, en horas de la mañana, me di cuenta que no había energía eléctrica y, con los compañeros maestros, nos dimos cuenta que la palanca de la caja de fusibles estaba abajo y creímos que esa era la causa. Sin embargo, notamos que los tomacorrientes y encendedores estaban violentadas y que la instalación de alambre había sido robada”, dijo Hernández.
En complemento, el claustro y alumnado descubrieron que los ladrones robaron las llaves de paso de agua de los módulos higiénicos.
Abel Casiá, alcalde comunitario, lamentó lo ocurrido y aseguró que el robo es producto de la deficiente circulación perimetral con la que cuenta la escuela e hizo un llamado a las autoridades educativas y municipales para que les ayuden a solventar ese problema.