Guatemala

Vecinos reducen potencial de plagas

Las pérdidas por daños en cultivos se reducirán a partir de este año en 25 comunidades rurales de San Antonio Ilotenango, Quiché,  luego de que sus pobladores se capacitaron para  evitar que el escarabajo conocido como  ronrón de mayo o malín deposite larvas que destruyen  sus cosechas.

Técnicos del Maga y líderes comunitarios de San Antonio Ilotenango muestran cómo armar trampas artesanales de luz, para atraer  ronrones de mayo, cuya larva se come las raíces de las plantas. (Foto Prensa Libre. Óscar Figueroa)

Técnicos del Maga y líderes comunitarios de San Antonio Ilotenango muestran cómo armar trampas artesanales de luz, para atraer  ronrones de mayo, cuya larva se come las raíces de las plantas. (Foto Prensa Libre. Óscar Figueroa)

SAN ANTONIO ILOTENANGO.- Pobladores de las comunidades llevaron a cabo una campaña para atrapar ronrones, y lograron capturar 473 mil 895 ejemplares de la especie phyllophaga.

La masiva captura fue llevada a cabo mediante el  uso de estrategias artesanales que personal     del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga) les compartió a los pobladores a través del Programa Triángulo de la Dignidad. El método no utiliza plaguicidas ni sustancias químicas que causan erosiones en la tierra.

larva

Rudy Navichoc, del  Programa Triángulo de la Dignidad, expuso que se les explicó a los pobladores que la gallina ciega, la cual daña las raíces de los cultivos, es larva del ronrón de mayo, por lo que  una buena práctica es atrapar a este escarabajo para evitar que deposite huevecillos en la tierra donde están los cultivos.

Hombres y mujeres de las comunidades aprendieron a armar trampas de luz, las cuales atraen a los escarabajos y los hacen caer en depósitos de agua, donde mueren.

Son elaboradas con veladoras o candelas, que con su luz, en la noche, atraen a los escarabajos, que vuelan hacia la llama y caen en el agua que se coloca en palanganas.

La captura masiva de este insecto, del que hay unas 15 especies en el país,  se preparó desde el año pasado con talleres de  capacitación, pero para implementarla se esperó  el inicio del  invierno, cuando los escarabajos salen a flor de tierra para aparearse.

 Esta práctica evita que la hembra del ronrón deposite huevecillos —entre 50 y 75 cada una—, de los que sale la larva unos 15 días más tarde y   se alimenta de  raíces.

Alberto Orozco, del Programa Triángulo de la Dignidad, manifestó que la captura masiva con esta estrategia beneficia  la economía de las comunidades, pues los campesinos ya no tienen que gastar en plaguicidas.

Francisco Osorio Lucas, uno de los residentes, contó que solo en su sector fueron capturados más de 37 mil ronrones, lo que les beneficia porque tendrán menos pérdidas en las cosechas.

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