“Las poblaciones más vulnerables están en la parte baja de la cabecera, pero los propietarios de ese inmueble no se dan cuenta del daño que pueden ocasionar con esta acción”, resaltó Morales.
Roberto López, otro poblador de San Sebastián, manifestó que cada año el Ministerio de Comunicaciones gasta millones de quetzales en construcción de bordas para que el cauce del Samalá no afecte a las referidas localidades, pero con el proceder de estas personas los trabajos se perderán.
López añadió que el agua del Samalá, que es desviada a través de un canal por los dueños de la finca Las Delicias, cae al río Ixpatz, lo que causará que cuando estos suban de nivel en el invierno inundarán las viviendas de al menos cinco comunidades.
Rigoberto Miranda, delegado de la citada finca, señaló que se tiene la autorización de autoridades correspondientes, y que el canal siempre ha existido en este lugar.
Julio Quintanilla, delegado de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastre (Conred), informó: “No tengo conocimiento del problema, pero enviaré personal para verificar el área”.
Los ríos Samalá e Ixpatz, cuando se desbordan, causan desastres en varias comunidades de la parte baja de este departamento, y si ahora existe este problema de desvío de las aguas el problema será peor, agregó Quintanilla.