Las personas que no son del lugar se asombran al ver que los niños se mantienen descalzos, con las manos llenas de tierra y juegan en el polvo o el lodo. Al llegar la hora de los alimentos, se conforman con comer frijoles y tortillas, por la pobreza extrema en la que viven.
Pocos asisten a la escuela, ya que tienen que caminar un kilómetro para llegar al área urbana. Los que han dejado de asistir se debe a que carecen de recursos y porque el camino se torna peligroso, por las bandas delincuenciales.
Íngrid Chacón, encargada del albergue, dijo: “Poco a poco se han retirado varias familias, al ver que ya pasaron tres años y no contamos con una casita segura.
Las covachas están hechas de lámina, madera y lona, pero ya colapsaron. Hay familias que han luchado para irse a otro lugar, a alquilar o a vivir con sus familias, porque las condiciones en las que estamos ya no son las indicadas. Se han caído cinco covachas con familias adentro, pero gracias a Dios nadie ha salido lastimado porque no pesan mucho”.
Piden ayuda
Gilse Castellanos, afectada, indicó: “Soy padre y madre de mis hijos. La situación en la que estamos podría decirse que es buena porque tenemos agua y sanitarios, pero la lluvia se entra en las viviendas y los niños se enferman de gripe y tos. En este lugar estamos las 23 familias que en verdad no tenemos fondos para salir de aquí; hay quienes tienen entre ocho y 10 niños. Le pido al Gobierno que nos ayude, ya que nos han ofrecido techo seguro y digno para vivir con nuestros hijos, pero no se ha visto nada claro”.
Los afectados se quejan de que al gobernador, Adelso Salazar, ya se le olvidó que existen, pues jamás lo han visto por el lugar. Además, aducen que el alcalde tiene miedo de visitarlos, porque cree que le van a reclamar por haberlos abandonado.
“De todos modos, aunque él quisiera, sabemos que la Municipalidad no tiene dinero, pero les pedimos a los dos que vengan porque hay muchos niños enfermos y desnutridos”, lamentó Castellanos.
Reconoce abandono
Eduardo Lima, jefe edil de Cuilapa, expresó que a pesar de que la comuna cuenta con poco presupuesto, los apoya con agua entubada y energía eléctrica.
“Reconocemos las pésimas condiciones en las que viven estas familias, pero no podemos hacer gran cosa por ellas porque no cuento con presupuesto, porque me lo quitaron cuando ya no quise seguir en el partido de gobierno. Lo poco que tengo lo estiro para hacer milagros”, aseguró Lima.
Se intentó conocer la versión del gobernador Salazar, pero no contestó las llamadas telefónicas.