Olga Marina Umul, de la Comisión Departamental de la Mujer, expresó que el acceso a la justicia en casos de femicidio en el departamento es difícil, complicado y excluyente, pues en la mayoría de los casos los jueces no les dan crédito a los argumentos de las víctimas y además las coaccionan para que busquen una solución conciliatoria, sin tomar en cuenta que en muchos casos el daño ocasionado a la mujer es irreparable, debido a que deja una huella imborrable en su vida.
Además, las cinco sentencias que se han logrado en dos años son débiles, pues la mayoría no pasa de tres años de prisión conmutable, lo que favorece a los victimarios, que en muchos casos reinciden.
Según Griselda Pocop, de la Seprem, los casos de femicidio en Sololá son preocupantes, en especial en los municipios de la cuenca del Lago de Atitlán y el altiplano, ya que no se ve una verdadera aplicación de la ley, debido a que los operadores de justicia, con más frecuencia los jueces, no toman en cuenta la pertinencia cultural, equidad jurídica y de genero, porque la mayoría son hombres, por lo que prevalece una actitud machista.
Alto índice de femicidios
María Nieves Serena, de Coisola, manifestó que lamentablemente Guatemala ocupa el primer lugar en América Latina en femicidios.
Las cifras de violaciones contra las mujeres en Guatemala son las mismas que presentan los países que están en guerra o tienen conflictos armados permanentes. Existen leyes, pero no se aplican, lo cual produce silencio e impunidad, indicó.
Un tercio de las denuncias que recibe el Ministerio Público son por violencia contra mujeres, pero los procesos no avanzan o no son tomados como diligencias importantes por los jueces.