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La trascendencia de “la décima” de Rafael Nadal en Roland Garros: ¿qué hay detrás de su increíble renacer?

<strong>Rafael Nadal logró el pasado domingo en París el triunfo más importante de una impresionante carrera que suma 15 Grand Slams entre los 73 títulos que ha celebrado desde que debutó en el circuito profesional en 2001.</strong>

El significado de “La décima” en Roland Garros trasciende el hecho que se trata de una hazaña sin precedentes que el mismo tenista español cree que no volverá a ocurrir mientras esté con vida.

Lo más relevante es que se trató del fruto de una convicción que solamente tuvieron Nadal y su entorno durante el período más oscuro de uno de los más grandes jugadores de tenis de la historia.

Para el resto, el mundo exterior, lo único que hubo fueron dudas y obituarios deportivos.

Condicionado por las lesiones, para muchos producto de la exigencia física del estilo de juego que lo encumbró hasta la cima, la carrera de Nadal entró en una dinámica negativa desde la conquista del que había sido su último Roland Garros en 2014.

Un mes después perdió su condición de número uno y al año siguiente había caído hasta el número 10 del ránking.

Los artículos que hablaban de sus hazañas se escribieron en pasado y los dos títulos conseguidos en 2016 fueron su peor cosecha anual desde la solitaria victoria que logró en Sopot en 2004, su primera como profesional.

Pero desde el exilio de las primeras planas, reservadas para el Novak Djokovic, Andy Murray y el omnipresente Roger Federar, Nadal fraguó uno de los más impresionantes regresos en la historia del deporte.

“El mejor Nadal”

No se trata sólo que Nadal ganó por décima ocasión el título en Roland Garros, sino que lo hizo de la manera más dominante que jamás lo haya logrado.

Fue la tercera vez que no cedió ningún set, pero en esta vez tan sólo perdió 35 juegos en los siete partidos que disputó, incluyendo los seis que logró Stanislas Wawrinka en la final del domino que terminó con una clara victoria 6-2 6-3 6-1.

“De seguro está jugando lo mejor que alguna vez haya jugado”, admitió el tenista suizo.

“Pero no sólo aquí. Creo que desde el comienzo del año puedes ver que está jugando con más agresividad, parándose más cerca de la línea”, explicó quien fue campeón del abierto de Francia en 2015.

Para Carlos Moyá, ex número uno y elegido para sustituir a Toni Nadal como entrenador del tenista español al finalizar este año, una de las clave que buscaron recuperar fue la aureola de invencible que emanaba Nadal cada vez que salía a la cancha.

“Que su rival sienta que está jugando contra Nadal otra vez y que si quiere vencerlo tendrá que trabajar muy duro”, explicó Moyá.

Juan Carlos Ferrero, otro de los tenistas españoles que brillaron en la era pre-Nadal, llegando al número uno y ganando Roland Garros en 2003, cree que la incorporación de Moyá en diciembre del año pasado al equipo de trabajo de Nadal ha sido una de las clave en todo lo que está pasando este año.

“Tener a alguien como Carlos, quien conoce lo que pasa durante los partidos porque ha jugado en el circuito, es importante porque es alguien con el que puedes estar en el vestuario y hablar del partido”.

“Rafa puede hablar con Toni también, pero Carlos pasó por momentos en los partidos como él, y eso es algo que Rafa no tenía antes”.

¿Vuelta a la cima?

El tenis masculino está en una encrucijada en la que están muchos aspirantes al trono del circuito profesional.

El actual número uno, el británico Andy Murray, sólo ha podido ganar un torneo en 2017, la misma cantidad que el otrora invencible Novak Djokovic.

Ambos han quedado opacados no sólo por renacer de Nadal, sino también por el del suizo Roger Federer, campeón del Abierto de Australia y de los torneos de maestros de Indian Wells y Miami.

Federer decidió no jugar la temporada de tierra batida para no sobrecargar su cuerpo y preparar su participación en Wimbledon, donde buscará su octavo título.

Junto a ellos hay dos jugadores que están llamados a ser los protagonista del futuro, el austriaco Dominic Thiem y el alemán Alexander Zverev.

En este escenario, ¿podrá Nadal volver a ser número uno del mundo?

Según el especialista de tenis de la BBC, Russell Fuller, que se trata de una posibilidad que no se puede descartar, en especial teniendo en cuenta la forma en la que está jugando el tenista español.

A su característico golpe de derecha, uno de los mejores que ha existido en la historia del tenis, Nadal ha aumentado la potencia de su revés, logrando 36 puntos ganadores con ese golpe.

Su juego también ha aumentado ofensivamente, ganando un 60% de sus puntos en menos de cuatro golpes, un 72% de su primer servicio y un impresionante 74% sobre su segundo saque.

Conocido por su lentitud entre cada punto, Nadal no ha perdido tiempo una vez la pelota está en juego, adelantando su posición sobre la cancha y subiendo a la red con mucha más frecuencia.

Eso se refleja en el tiempo que pasó sobre la cancha en París, promediando tan sólo una hora y 44 minutos.
Wawrinka, por ejemplo, necesitó de unas dos horas y media en promedio para completar sus partidos.

Para Piers Newbery, periodista de la BBC en Roland Garros, el juego de Nadal parece más apto para canchas duras y rápidas que para la tierra batida de Roland Garros, algo que se reflejó en las finales que disputó en Australia y Miami.

En ambas cayó contra Federer, como pasó en Indian Wells, pero el de hoy es otro Nadal.

“En cada partido en este torneo ha sido mejor que el anterior, por lo que creo que ha sido un torneo perfecto para nosotros”, resaltó Moyá.

Una mejora que es difícil predecir hasta dónde continuará.

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