La 98º edición del Giro, en la que se decidirá el sucesor del colombiano Nairo Quintana, ganador este año y que ya ha anunciado que no participará el próximo, se desveló este lunes en Milán con la presencia de varias de las estrellas del pelotón.
Estuvieron los ganadores del Tour de Francia Alberto Contador o Cadel Evans o el reciente campeón del mundo Michal Kwiatkowski.
El Giro regresa el próximo año al Abetone, la montaña del ‘campionissimo’ Gino Bartali, y a Madonna di Campiglio, la estación de esquí que marcó el comienzo de los problemas para Marco Pantani (excluido de la prueba de 1999 por dopaje).
La tercera y última semana, esencialmente por las montañas del Piamonte y del Valle de Aoste, se presenta decisiva.
Pero los escaladores, entre los que el español Contador ya ha confirmado su participación, deben tener cuidado por las trampas que se encontrarán en las jornadas anteriores, sobre todo en las primeras, cerca del mar de Liguria (La Spezia).
“El recorrido me gusta, conviene a los ciclistas con un estilo agresivo. Es difícil decir a quién le conviene más, depende mucho de la meteorología y de la manera que se corra”, dijo Contador, reciente vencedor de la Vuelta España y coronado en la carrera italiana en 2008.
La prueba, sin muchos tramos tranquilos, contará con un total de siete etapas que a priori están destinadas a decidirse en el esprín.
En la segunda semana se tomará dirección al norte, finalizando con una contrarreloj individual de 59,2 kilómetros en el Veneto (Treviso-Valdobbiadene), la más larga desde que el Giro cumplió 100 años en 2009, cuando se recorrieron 61,7 kilómetros ascendiendo Madonna di Campiglio.
– A los pies del Cervin –
Varias ascensiones prestigiosas están programadas para la tercera semana. Entre ellas el durísimo Mortirolo para alcanzar Aprica en la 16ª etapa, en la víspera de la única incursión en el extranjero, con una llegada a la ciudad suiza de Lugano.
Para la antepenúltima etapa (19ª) quedan las cimas de Saint-Barthélémy y Saint-Pantaléon, en un recorrido de 236 kilómetros que finaliza en Cervinia, a los pies del mítico Cervin, una las grandes montañas de Los Alpes (4.478 metros de altitud).
El penúltimo día los ciclistas irán de Saint-Vincent a Sestriere, por una camino de tierra que ya fue decisivo en la edición de 2005. La última etapa, de reconocimiento del ganador, se desarrollará entre Milán y Turín, sede de la Expo 2015.
Para privilegiar una carrera llena de sobresaltos, la organización ha limitado a tres el número de etapas con más de 200 kilómetros y los desplazamientos, muy inferiores a los de los últimos años en la carrera ‘rosa’.
Seis llegadas en alto (Abetone, Campitello Matese, Madonna di Campiglio, Aprica, Cervinia y Sestrière), pero ningún puerto por encima de los 2.200 metros -ni Gavia ni Stelvio este año- dan el carácter montañoso a una prueba que se presume más movida que en cursos anteriores.