El astro no se perdía encuentros de la temporada regular desde 2008, cuando se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda en el partido inaugural.    

La situación resulta tan extraña para el quarterback de 39 años quien no está dispuesto a dar detalles sobre a qué dedicará el tiempo en el que no podrá formar parte del único equipo para el que ha jugado durante su carrera de 16 años.    

Durante su suspensión, el jugador no podrá tener contacto con los Patriots ni utilizar las instalaciones del equipo. Pero el portavoz de la NFL Brian McCarthy confirmó en un correo electrónico que Brady tendrá permiso para trabajar con su amigo cercano, el entrenador personal Alex Guerrero, una suerte de “gurú” de la salud.    

“Eso fue algo muy bueno de su parte”, dijo Brady cuando se le pidió su opinión sobre la posibilidad de trabajar con Guerrero.    

Ambos son socios en el TB12 Sports Therapy Center, una instalación de entrenamiento ubicada en el complejo aledaño al Gillette Stadium. De acuerdo con el diario Boston Globe, los Patriots han pagado a esa compañía para que proporcione consejos de nutrición a sus jugadores.    

McCarthy dijo que el personal médico del equipo podrá evaluar el progreso de Brady junto con su entrenador personal, “pero no puede intercambiar información alguna sobre fútbol” americano.    

Esa regla es habitual para otros jugadores cuyos castigos los marginan de las instalaciones del equipo. Brady dijo que él y Guerrero trabajarán juntos, tal como lo han hecho en los últimos 12 años.    

“Aprovecharemos todos estos días del mejor modo posible para mantenernos preparados y afinados. Tengo ideas de qué necesito hacer, con base en todas las prácticas y en el tiempo limitado de juego que he tenido” , indicó. “Mi meta es volver y estar lo mejor que pueda, tal como en cualquier otro año”.