Deporte Nacional

Jóvenes guatemaltecos usan los puños contra las garras de las pandillas

Arrastrada por las drogas a "una vida de locura", Yulisa, una adolescente de 14 años, estuvo a punto de morir cuando quedó atrapada en medio de una balacera en un barrio de la capital de Guatemala.

Grupo de jóvenes guatemaltecos que se han refugiado en el deporte. (Foto Prensa Libre: AFP)

Grupo de jóvenes guatemaltecos que se han refugiado en el deporte. (Foto Prensa Libre: AFP)

Cuatro meses después, su vida ha cambiado radicalmente, gracias a un programa que la puso en el camino del boxeo, que “voy a seguir practicando por el resto de mi vida”, dice a la AFP esta joven del asentamiento Las Torres, una de las zonas de la capital guatemalteca acosada por la violencia de las pandillas.

“Dios me dio una segunda oportunidad”, afirma Yulisa cuyo brazo derecho muestra una prolongada cicatriz, producto de la herida de bala que sufrió en el tiroteo.

Hace algunos años, “me entró la locura y empecé a andar en las calles y a experimentar con drogas”, pero esto “me hizo cambiar”, dice señalando su herida.

“Ahora (en el equipo de boxeo) me siento bien, es como estar en tu casa, te cuidan, te ayudan, te dan algo mejor de lo que te puede dar la calle”, asegura esta muchacha que ha vuelto a la escuela y sueña con estudiar medicina.

Yulisa participa en el programa Enlace entre Barrios 'Hoodlinks' de la Fundación Olímpica Guatemalteca, un proyecto que surgió en 2012 y que reúne a unos 200 niños y adolescentes en torno a la práctica de siete disciplinas deportivas, entre ellas el boxeo.

Con los guantes puestos

Kevin, de 18 años, es otro de los jóvenes que decidió ponerse los guantes para no ser presa del crimen que hostiga a los barrios pobres de Guatemala.

El grupo se reúne a entrenar en el salón comunal de Las Torres, un conjunto de precarias casas enclavadas en una empinada ladera, uno de los tantos escenarios de la actividad pandillera.

“Si no me hubiera metido en el boxeo ya estaría muerto”, confiesa Kevin mientras se ajusta la indumentaria deportiva, previo a iniciar el calentamiento.

“Antes llevaba una vida muy mala, estaba perdido, pero he dejado todo eso atrás. He dejado todos los vicios, todo lo que hacía. Dejé la gente mala con la que yo andaba, malas amistades, malas influencias”, señala Kevin, quien aspira a ser boxeador profesional y a quien también le atrae la medicina.

Cristian López, entrenador de los muchachos, comenta a la AFP que muchos de los jóvenes que participan en el proyecto tienen historias similares y que el boxeo les ha cambiado la visión de la vida.

“Ahora tienen metas, antes no las tenían. Ahora ellos quieren ser alguien en la vida, independientemente del deporte, ellos quieren ser buenas personas”, relata López, exseleccionado nacional de boxeo.

Las Torres es uno de los tantos barrios de Guatemala en que dos pandillas rivales, la Mara Salvatrucha y Barrio 18, se disputan los territorios y realizan actividades delictivas como el sicariato, la venta de drogas en pequeñas cantidades y la extorsión, según el Ministerio del Interior.

De acuerdo con un informe de Naciones Unidas, ambas pandillas reúnen entre 8 y 10 mil miembros, y al contabilizar a sus colaboradores totalizan unos 30 mil.

Ciudadanos de alto rendimiento

El proyecto “Hoodlinks” tiene otra sede en la colonia El Limón, una zona popular en el norte de la capital también castigada por las pandillas y en situación de pobreza, que afecta al 59,3% de los 15 millones de habitantes de Guatemala.

“Estos jóvenes tienen la delincuencia tan cercana y tan accesible que diariamente tienen que pelear por no caer en ese círculo vicioso. Para nosotros ya son ejemplos a seguir”, indica a la AFP María José Paiz, directora ejecutiva de la Fundación Olímpica.

La exatleta de gimnasia y salto triple detalla que, además de crear semilleros para las federaciones deportivas, en el programa también se les da seguimiento a los participantes en sus estudios con la posibilidad de acceder a becas.

“Hemos ido creando programas de apoyo a estos jóvenes con la idea de hacer no solo buenos deportistas, sino también ciudadanos de alto rendimiento”, acota.

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