Deporte Nacional

Julio Rueda y una vida inspirada en el tenis adaptado 

Todo pasó tan rápido. Fueron  seis minutos que cambiaron la vida de Julio Rueda. Ese día de marzo del 2008, el joven ingeniero en Sistemas viajaba a  Antigua Guatemala, cuando su vehículo sufrió desperfectos mecánicos  y terminó en el fondo de un barranco en la bajada de Las Cañas.  

Fue en un abrir y cerrar de ojos. Cuando volvió en sí ya estaba en una camilla en el hospital. En ese momento empezó una nueva etapa en la vida de Rueda, pues entendió que nunca volvería a caminar, tras sufrir una lesión cervical nivel 6 y 7.

Cuando todos los sueños y expectativas de vida parecían complicarse, Rueda encontró en el tenis adaptado la fortaleza para  continuar   y superar los retos.

Fue así como en el 2010 aprovechó unas clínicas impartidas en  la Federación de Tenis de Campo por un entrenador estadounidense y una española. Ellos, junto al  técnico guatemalteco, Giovanni Rangel, le mostraron el deporte y  fue ahí donde comenzó el amor a las raquetas.

“Dios me ha guiado y dado la fuerza. Además ha sido importante  el apoyo  de la familia y amigos. Ha sido una aventura progresiva, donde me ha ayudado  ponerme metas y objetivos claros”, comparte Rueda, quien se entrena a diario en las canchas de la zona 5.

Julio Rueda se entrena todos los días en las instalaciones de tenis de la zona 5. (Foto  Prensa Libre: Fernando López R.)

En siete años en el tenis adaptado, Julio ha logrado crecer en nivel y trayectoria. Actualmente, se encuentra ranqueado número dos a escala Latinoamericana y en el puesto 24 en el escalafón mundial de la Federación Internacional  de Tenis (ITF).

Su corazón palpita  al ritmo de la pelota y la raqueta. Su energía esta puesta en lograr clasificarse a los Juegos Paraparalímpicos de Perú 2019 y a los Paralímpicos de Tokio 2020.

Está consciente que falta mucho camino por recorrer, pero está seguro que con el apoyo del Comité Olímpico Guatemalteco (COG) y la iniciativa privada, logrará hacer realidad su meta. Por el momento continúa quemando etapas en lo  internacional.

Aceptación

Desde  el accidente, la forma  de ver las cosas cambió por completo para Rueda, de 35 años.  “Hay personas que se complican la vida porque se les paró una mosca. En mi caso me tocó estar en silla de ruedas, otras personas no pueden ver, hablar y siempre se las arreglan, es lo mismo que hago  ahora”, comparte.

De niño, Julio siempre fue amante del deporte, junto a su hermano Byron disfrutaron de practicar el baloncesto y levantamiento de pesas. El atleta agradece a sus padres Rigoberto y Eleonora  por estar siempre con él, pues fueron fundamentales para graduarse de ingeniero en Sistemas y ahora como tenista profesional.

En la actualidad, Julio divide su tiempo en su empresa de desarrollo de software y el tenis. Sus proyecciones están puestas en estar entre los mejores 20 del mundo, y para ello requiere más participación  en los eventos grandes.

El año anterior ganó el Torneo ITF3 en Barranquilla, Colombia. Ese mismo año fue campeón compartido de otro torneo ITF3 en Chile. “Estaba para ganar, pero la lluvia nunca se quitó y la organización decidió compartir el título”.

La categoría de Rueda es la quads, que son lesiones altas. En Guatemala no tiene rivales y por eso juega en la abierta. El tenis adaptado en el país está en desarrollo y a escala centroamericana solo El Salvador y Costa Rica tienen atletas.

“La Federación de Tenis siempre me ha apoyado, pero considero que hace falta mucho más para seguir compitiendo a  nivel internacional. Los atletas que están entre los mejores 15 del mundo  juegan  10 torneos como mínimo al año”, aseguró.

En el 2017, Julio ha participado en  cuatro eventos. Actualmente juega el Torneo ITF3, en Chile y las dos primeras semanas de marzo estuvo  en el Open de Arizona, que era ITF2; y en de Luisiana, nivel ITF1, que es en el que juegan los primeros del ranquin mundial.

 

Satisfecho

“El tenis me ha cambiado la forma de pensar. Soy una personas más centrada y dedicada. Me dio otro estilo de vida, algo bueno para mi  salud”, aseguró el ahora seleccionado nacional.

Agrega que este deporte le ha permitido  ser    más responsable, pues ha tenido que seguir un  régimen de vida para mejorar    la alimentación, menos fiestas más entrenamientos.

 “Vivimos en un país donde a la mayoría de deportistas nos cuesta transcender. Es especial en el tenis adaptado, que no tienen ninguna asignación presupuestaria. Aún si, se tiene apoyo, pero falta mucho”, indicó.

Julio no le pone frenos a sus sueños, ni a su silla de ruedas, por eso no le da miedo decir que su máxima ilusión es ganar una medalla en unos Parapanamericanos y en Paralímpicos. “Los sueños no tienen límites”, subrayó.

ESCRITO POR:

Fernando López R.

Periodista de Prensa Libre, especializado en deportes con más de 20 años de experiencia como reportero y editor. Reconocido por coberturas como los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012.