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Brasil-Colombia, duelo de enemigos íntimos con muchas cuentas pendientes

Los encuentros entre Brasil y Colombia hace tiempo que no son un partido más. Ambos se han convertido en enemigos íntimos y en el duelo de este martes volverá a haber mucho en juego: tres puntos capitales en el apretadísimo premundial sudamericano y un resurgir que nadie quiere romper.

El de la pentacampeona del mundo, hundida desde hace dos años en la fase más oscura de su historia, llegó hace poco más de dos semanas. Con el éxtasis del oro olímpico en el Maracaná, la Seleao se reencontró con la ilusión perdida y, por el camino, con una afición que se había divorciado de su equipo a golpe de decepciones.

Luego vendría la victoria ante Ecuador el jueves (3-0) en el estreno de Tite, una nueva señal de que, quizás, ya haya pasado lo peor.

Aunque el juego de Brasil, sobre todo en la primera parte, no fue brillante, de la goleada en Quito, el nuevo seleccionador se llevó no sólo un importantísimo triunfo que pone a Brasil quinta, en puestos de repechaje para Rusia, sino a un Neymar recuperado para la causa y el despertar de un diamante en bruto, el joven Gabriel Jesús.

Ante el éxito del debut, Tite podría repetir fórmula ante Colombia, con los ojos de todo el país sobre su pizarra.

El encuentro comenzará a las 18:45 horas en el estadio Arena Amazonia de Manaus (norte) .


“Nada de euforia. ¿Será que Brasil va a tener de nuevo un excepcional delantero centro, Gabriel Jesús? Ojalá. Si eso ocurre, mejora mucho el equipo. Faltaría apenas un gran armador para formar un gran equipo”, escribió el mítico jugador de la canarinha de los 70 Tostao en su columna del diario Folha de Sao Paulo.

El estreno soñado, y con dos goles, de este atacante de 19 años que se unirá al Manchester City en enero comenzó provocando el penal que dio lugar al primer tanto, con el que Neymar saldó otra deuda pendiente.

Hacía casi doce meses que la estrella del Barsa no marcaba con Brasil, arrastrado por un ciclo negativo del que ni él, la única esperanza entre las ruinas, se había salvado.

En el último año, Neymar se mostró descentrado y nervioso vestido de amarillo, especialmente después de su polémica sanción de cuatro partidos tras ser expulsado ante Colombia en la Copa América de Chile.

Era su segundo encontronazo con los cafeteros, después del tenso partido de cuartos de final en el Mundial, donde el ídolo salió en camilla, James acabó llorando y Brasil ganó su último partido antes de la debacle ante Alemania.

El tercer capítulo de la saga llegó hace menos de un mes cuando se cruzaron de nuevo en otro duelo crispado por un lugar en la semifinal olímpica, que acabaron llevándose los locales.

La alegría de James

Pero la selección mayor cafetera sigue el camino opuesto. Fortalecida después de sus tres victorias consecutivas en el Premundial -incluido el importante triunfo frente a Ecuador- Colombia llega a Brasil en plena luna de miel.

El triunfo ante la débil Venezuela (2-0) fue también el de la reivindicación de James Rodríguez, que parece encontrar en su país la alegría que le huye en Madrid. Suyo fue el primer gol y la mejor cara del equipo, un trabajo que no quedó diluido por el penal fallado, y colmó las expectativas de Pekerman.

“Todas las líneas estuvieron impecables, en cuanto a solidez, elaboración de juego, el tener continuidad y profundidad. Son las cosas que todo equipo siempre quiere realizar”, valoró el técnico argentino tras el partido.

Terceros en las eliminatorias, y a solo un punto de la líder Argentina, un triunfo ante Brasil dejaría a los colombianos en una posición privilegiada para afrontar la segunda parte del premundial.

Aunque gran parte de la atención de su zaga volverá a monopolizarla un viejo conocido.

“Obviamente tenemos jugadores que van fuerte al choque y cuando ven que Neymar se tira mucho, siguen encima y, de pronto, puede causar eso” , afirmó Sebastián Pérez en declaraciones a Sport TV. 

El propio centrocampista de Boca está entre los recambios a los que podría recurrir Pekerman para suplir a Daniel Torres, que no estará ante Brasil por acumulación de tarjetas amarillas.

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