Una semana después de la emotiva presentación de Xavi Hernández, la hinchada blaugrana volvió a ilusionarse con otro regreso, esta vez de dueño de la banda derecha en los años dorados del club, que parecen en otra galaxia de este Barsa en crisis.
“Los que sentimos estos colores, este escudo, es el momento de estar juntos y el momento de volver a poner el Barsa allá arriba”, arengó el brasileño, de 38 años, desde el césped del estadio, vestido de traje y descalzo.
Allí, junto con el presidente Joan Laporta, firmó el nuevo contrato que le unirá al Barcelona hasta el final de esta temporada.
Ya desde la sala de prensa con las chanclas puestas, Alves aseguró, sin embargo, que no ha vuelto al equipo en busca de un plácido retiro junto al mar.
Con 43 trofeos, el brasileño es el jugador con mejor palmarés de la historia del futbol y no renuncia al sueño de disputar el Mundial de Qatar con la ‘canarinha’.
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“Yo vengo a guerrillear. No vengo aquí a pasar el tiempo y a vivir en Barcelona (…) Yo vengo aquí para jugar, para pelear un puesto, el derecho de jugar”, dijo.
Por lo pronto, ya ha conseguido convencer a Xavi, con quien compartió años y éxitos en el Barsa, para que le trajera de vuelta, tras un primer contacto con Laporta.
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“Me puse muy pesado con el presi, insistiéndole en que quería volver, que podría ayudar de alguna forma a este club. Este club me ha dado prácticamente todo lo que yo tengo”, relató. Después fue el propio Xavi, según contó el brasileño, quien le dio el visto bueno para el regreso.
