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Luis Enrique, del infierno al paraíso en el banquillo del Barcelona

A principios de enero, Luis Enrique vivía un auténtico infierno en el banquillo del Barcelona, pero con el paso de los meses y gracias a su buena labor, el entrenador asturiano está a un paso de entrar en el paraíso azulgrana, con la posibilidad de ganar el triplete en su primera temporada.

La buena relación entre Pep Guardiola y Luis Enrique se evidenció al finalizar el partido de ayer entre sus equipos. (Foto Prensa Libre: AFP)

La buena relación entre Pep Guardiola y Luis Enrique se evidenció al finalizar el partido de ayer entre sus equipos. (Foto Prensa Libre: AFP)

El año 2015 no pudo empezar peor para Luis Enrique: derrota en Anoeta ante la Real Sociedad (1-0), que alejaba al Barcelona del entonces líder Real Madrid, y enfrentado a su estrella Lionel Messi, lo que dio paso a una crisis institucional que acabó con el anuncio de elecciones a la presidencia del club y el cese del director deportivo Andoni Zubizarreta.

Luis Enrique admitió sentirse fragilizado tras el despido de su excompañero en el Barsa y la selección española y uno de sus principales valedores, pero supo adaptarse para resistir a los ataques de sus críticos.

A su llegada al banquillo azulgrana, en julio pasado, Luis Enrique se autoproclamó líder del equipo, un papel que poco a poco fue cediendo a Messi, verdadero artífice de la recuperación del equipo gracias a su excelente rendimiento.

Señal del buen ambiente que se vive ahora en Barcelona es que los jugadores recibieron a 'Lucho' con aplausos en el entrenamiento del parado viernes con motivo del cumpleaños 45 del técnico.

“En su momento aclaré, paso lo que pasó, y hoy nuestra relación es normal y buena como con todos mis compañeros”, dijo recientemente el astro argentino sobre lo ocurrido con su entrenador en enero.

Pero Luis Enrique no solo cedió ante Messi, sino también ante otra de las estrellas del equipo, Neymar. El brasileño se quejó en varias ocasiones de que era sustituido por su entrenador y la respuesta de éste ha sido que no le ha vuelto a cambiar.

Retoques tácticos y pragmatismo

Luis Enrique no ha acabado con el estilo de juego que impuso Pep Guardiola (2008-2012), pero ha sabido introducir pequeños cambios tácticos para mejorar el rendimiento de las últimas temporada, sobre todo, volviendo a la presión alta tras pérdida de balón.

El técnico ha hecho que su equipo sea menos previsible y más pragmático que en años anteriores y, sobre todo, mucho más efectivo en jugadas a balón parado, en las dos área, y más peligroso al contragolpe, como los dos goles que marco Neymar el martes en Múnich para sentenciar la semifinal de Champions ante el Bayern (derrota por 3-2 tras el triunfo por 3-0 de la ida frente a los alemanes).

Estilo franco y directo

Al borde del terreno de juego, a menudo vestido con traje negro y deportivas oscuras, Luis Enrique se muestra excitado, arenga a sus hombres y les da consignas continuamente.

Ídolo del Camp Nou en su etapa como jugador, el técnico escucha con frecuencia vitorear su nombre en el templo azulgrana, pese a que también fue abucheado en alguna ocasión cuando las cosas no funcionaban.

Sus respuestas francas y a menudo secas a las preguntas de los periodistas también han sorprendido en más de una ocasión en la sala de prensa, donde ha llegado a calificar de tonterías algunas polémicas publicadas por la prensa.

El carácter y el estilo directo de Luis Enrique contrasta con la bonhomía y las largas reflexiones de su efímero antecesor en el cargo, el argentino Gerardo ‘Tata’ Martino.

A tres partidos del triplete

“La palabra ‘triplete’ me encanta”, admitió recientemente Luis Enrique, que podría igualar los títulos logrados por Guardiola en su primera temporada en 2009 (Liga, Copa y Champions).

Luis Enrique solo está a tres partidos de lograr su objetivo: una victoria en uno de los dos partidos que restan le daría el título de liga, mientras que ya está clasificado para la final de la Copa del Rey (el 30 de mayo ante el Athletic Bilbao) y de la Liga de Campeones (el 6 de junio en Berlín).

“Estamos a 90 minutos de ser campeones en las tres competiciones”, destacó el técnico tras la clasificación lograda en Múnich.

La moral del técnico está por las nubes después de lo mal que lo paso hace apenas unos meses, pero advirtió: “Es un momento muy bonito pero ahora falta rubricar ello. Las notas se ponen a final de curso”.

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