La temporada 2019-2020 presenció el ascenso del Atalanta en la Liga de Campeones, un equipo que desafió todas las expectativas y que fue liderado por una generación de futbolistas excepcionales. En ese escenario de hazañas épicas, un delantero esloveno destacó, dejando una huella imborrable al marcar cinco goles contra el Valencia en una eliminatoria que quedará grabada en la historia del fútbol.
Sin embargo, en un giro trágico de los acontecimientos, la gloria se desvaneció, y la depresión se cernió sobre Ilicic. La pandemia de COVID-19 llegó, y el mundo cambió drásticamente. Para Ilicic, las imágenes de un mundo afligido por la enfermedad le recordaron las sirenas de guerra que atormentaron su infancia.
Compañeros de equipo, como el Papu Gómez, compartieron sus preocupaciones por la situación de Ilicic, revelando que el jugador había sufrido mucho después de dar positivo por el virus y que había caído en una profunda depresión. La mente de Ilicic estaba al borde del colapso.
Desafortunadamente, el delantero esloveno sufrió una recaída, y esta vez, la causa de su segunda depresión parecía ser una infidelidad en su vida personal. Incluso su entrenador en el Atalanta, Gasperini, expresó su apoyo incondicional, reconociendo que la situación iba más allá del fútbol y que la salud mental de Ilicic era una prioridad.
En el año 2022, Ilicic solo había disputado tres partidos, dos de ellos con el Atalanta. Su regreso a las canchas tras su segunda depresión fue un breve destello en enero, cuando jugó siete minutos contra el Udinese. Luego, en mayo, se despidió del club de Bérgamo en un emotivo encuentro, jugando otros siete minutos ante el Empoli.
Tras dejar el Atalanta, Ilicic tomó la decisión de regresar a su país natal y firmó con el Maribor. A pesar de presentarse con un aspecto y una forma física notoriamente descuidados, lo más importante era que Ilicic sonreía y se sentía futbolista una vez más. En su regreso, jugó 13 minutos, durante los cuales mostró destrezas y calidad, además de provocar un penalti que él mismo convirtió.
El regreso de Ilicic es una historia de perseverancia y determinación, un testimonio del coraje que se necesita para enfrentar la adversidad y volver al terreno de juego. Esta temporada, la mente, la clase y el instinto goleador de Ilicic están de vuelta, pues en ocho partidos de la Primera División eslovena, el ariete lleva dos anotaciones.
