El lunes recién pasado llegó al Proyecto Goal, con nerviosismo, como si fuera su primera convocatoria a la Sele. Los ojos se le iluminan y la sonrisa se acentúa al recordar el momento. “Es una emoción grandísima”, confiesa mientras mueve las manos, como si se tratara de un juvenil que vestirá la camisola azul y blanco.
Debutó en 1990 con Municipal, que estaba a cargo de Víctor Donato. Después, empezó a jugar con Rubén Amorín (q.e.p.d.); con él ganó su primer título nacional, en 1992.
Jugó 20 años con los rojos, con los que ganó 24 títulos, entre ellos dos de la Uncaf. El último campeonato lo conquistó en el Clausura 2010 frente a Xelajú MC, cuando anotó dos goles. Su retiro se dio en el Apertura 2010.
Con la Selección Nacional disputó tres clasificaciones mundialistas. La última fue en la hexagonal rumbo a Alemania 2006, con el técnico Ramón Maradiaga.
“El otro día fui al Proyecto, vi mi camisola con el número 15 enmarcada. Me vinieron tantos recuerdos a la mente. Cuántas convocatorias, concentraciones, comidas, charlas técnicas… Eso es imposible de olvidar”, relata.
Plata integrará el cuerpo técnico encabezado por Wálter Claverí. Será el vínculo entre los seleccionados y los entrenadores. “No será una tarea fácil, pero cómo no aceptar estar en la Selección; eso es lo más grande que hay”, reconoce Plata, quien ya ha empezado a crear en su mente el posible once de la Bicolor que enfrentará a Honduras —3 de febrero— y a Estados Unidos —25 y 29 de marzo—.
Fin de una etapa
En diciembre, cuando su vínculo con Municipal —después de 27 años— parecía resquebrajarse, porque Juan Carlos no iba a permitir que siguieran sin darle el lugar que se merece —segundo asistente técnico— y que se ha ganado en su carrera futbolística durante más de 20 años en el futbol profesional.
Las noches parecían eternas, le costaba conciliar el sueño, porque no sabía cuál sería su futuro. Las ofertas de trabajo no aparecían.
En enero conversó con Gerardo Villa, presidente escarlata, y no llegaron a ningún acuerdo. Villa esperaba que Plata dirigiera la Sub 20 roja, pero siempre bajo el mando de Gustavo Machaín —actual técnico rojo—, por lo que el Pin no aceptó y prefirió terminar una relación, como entrenador, de cuatro años con la institución edil.
“Todo siempre fue muy confuso; me decían una cosa y después otra, así que decidí disfrutar los últimos tres partidos con el equipo, y así lo hice. Me dolió mucho dejar al equipo por los jugadores, y creo que a algunos también les afectó, pero lo debía hacer. Lo que más me afectó fue que nunca hubo una contrapropuesta; me dejaron ir así tan fácil…”, se lamentó.
Del 2012 al 2014 —en el 2011 estuvo a cargo de la escuela del club Municipal—, Plata compartió con muchos entrenadores extranjeros. Confiesa que con quienes mejor trato tuvo fue con Ramón Maradiaga, Aníbal Ruiz, Mauricio Wright y Enzo Trossero; con el último fue con quien más compartió las tomas de decisiones, mientras que con técnicos como Fernando Diaz, Manuel Keosseián y Machaín, entre otros y sus recomendaciones o comentarios en sistemas de juego, cambios durante los partidos, nunca eran tomadas en cuenta.
“Había momentos en los que uno se sentía triste o frustrado, porque decía algo, pero nunca se hacía”, comenta.
Otras oportunidades
Anotó Juan Carlos Plata; de ellos, 35 con la Selección Nacional y el resto con Municipal, en su carrera de 20 años
Sin embargo, el 2016 le abriría otras puertas. Ahora forma parte de la Municipalidad de Guatemala como director de las escuelas de futbol —en Desarrollo Social—. Su tiempo lo compartirá con el trabajo de la Selección. Además hubo una oferta para dirigir a Mixco en la Primera División y otra para estar en una escuela de un club europeo que empezará a funcionar en el país.
Pero el camino para el segundo goleador histórico con la Selección —35 goles— estaba preparado.
El Pin, el que hizo estallar de alegría en muchos partidos a los aficionados, el que jugó sus últimos dos años con las rodillas casi destrozadas y sin cartílagos; el que lloró en enero del 2011 cuando se despidió del futbol profesional en el estadio Mateo Flores, está de regreso, ahora con la camisola de la Sele, una oportunidad que lo hace sentirse muy feliz y que lo quiere transmitir a los seleccionados.
“Volver a la Selección me llena de alegría. Sabemos que será una tarea dura, pero por la Sele haremos todo. Queremos demostrar que un grupo de guatemaltecos puede hacer la diferencia”, dijo Plata, quien empezará a fortalecer las rodillas para estar al lado de los seleccionados, como debe ser.