Después de esquivar con más dificultades de las pronosticadas a Bermudas y Antigua y Barbuda, en la segunda y tercera fase clasificatoria de la Concacaf, el destino vuelve a otorgarle otra oportunidad a Guatemala para intentar enderezar la golpeada historia —no ha logrado clasificarse a un mundial mayor en 14 intentos—.
Una vez más, el majestuoso y mítico estadio Mateo Flores, lastimosamente sin su capacidad máxima —el aforo es de 18 mil 313 por recomendación de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres— servirá como fiel testigo para patentar, si se logra, un nuevo triunfo de la Bicolor, que sería clave para encaminar su clasificación a la hexagonal final de la Concacaf, o bien, de observar una derrota, que pondría el rumbo cuesta arriba.
La última vez que los trinitarios visitaron Guatemala, el 11 de octubre del 2008, camino a Sudáfrica 2010, salieron bien librados al llevarse un valioso empate sin goles.
En el reciente cruce de ambos conjuntos en la Copa Oro 2015, el jueves 9 de julio, los socca warriors desnudaron los defectos de los nacionales al derrotarlos por un categórico 3-1, que incluyó un terrorífico primer tiempo —al minuto 25 la Sele ya perdía 3-0—. Esta situación ni por asomo debería volver a sucederle al equipo que dirige el estratega argentino Iván Franco Sopegno.
Hora de despetar
Aunque en el 2015 los resultados no le han acompañado, de los 14 juegos disputados solo ha ganado dos —Bermudas (1-0) y Antigua y Barbuda (2-0)—, empatado cinco y perdido siete, la Bicolor se presenta optimista para el determinante partido de hoy contra un equipo potente, rápido y veloz, pero con un futbol simple.
El seleccionador Sopegno confía en las condiciones del recién recuperado volante de contención Fredy William Thompson —Antigua GFC—, del sacrificio y talento de José Manuel Contreras —Comunicaciones— y de la habilidad y magia de Marco Pablo Pappa —Seattle Sounders—, para que sean los encargados de hacer carburar a la Sele.
El portero Paulo César Motta —Municipal—, el defensor Elías Enoc Vásquez —Real Salt Lake— y el referente y capitán, Carlos Ruiz —Municipal—, complementan la columna vertebral del rosarino.