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Luis Swisher es el formador de promesas del Red Bull

En un abrir y cerrar de ojos cambió los botines de futbol por un gorgorito y una tabla de indicaciones. Su retiro fue repentino y sorprendió a la afición del balompié nacional.

Luis Arturo Swisher visitó Guatemala para dictar en 10 departamentos, conferencias y capacitaciones acerca del desarrollo del futbol. (Foto Prensa Libre: Edwin Fajardo)

Luis Arturo Swisher visitó Guatemala para dictar en 10 departamentos, conferencias y capacitaciones acerca del desarrollo del futbol. (Foto Prensa Libre: Edwin Fajardo)

“Hoy, 26 de junio de 2013 y después de 16 años de carrera en el futbol profesional quiero compartir a mis amigos, compañeros de equipo, afición y a los medios de comunicación que oficializo mi retiro como futbolista. Considero que este es el momento adecuado para terminar mi carrera, cuando estoy jugando al máximo nivel y cuando aún tengo futbol en las piernas”, es un fragmento de la carta emotiva con la que se despidió en ese entonces el defensor de 35 años y capitán de la Universidad de San Carlos, Luis Arturo Swisher.

Su último partido oficial fue en el estadio Del Monte, el sábado 8 de junio de 2013, contra Heredia —árbitro Juan Carlos Guerra—, en el juego de vuelta de los cuartos de final del Clausura 2013, serie que perdió en el global su equipo por 3-2.

EL SUEÑO AMERICANO

Atrás de su retiro y como todo buen mago, siempre con un as bajo la manga, Swisher ya sabía el nuevo rol que asumiría y dónde lo ejecutaría.

Su próxima parada estaba en Estados Unidos, siempre ligado al deporte que su tío —Édgar Salguero— le inculcó desde muy pequeño, y que lo llevó a formarse en las categorías inferiores de Municipal (12-16 años) y a debutar en el futbol profesional guatemalteco con Aurora en 1997, en un duelo contra Cobán Imperial, bajo el mando del timonel charrúa Ildo Maneiro.

La decisión fue tomada premeditadamente, junto a su esposa —Esmarie— e hijo —Daniel—, quienes le respaldaron y viajaron con él. Swisher tenía claro el rumbo. La llave que escogió para abrir una nueva puerta en su futuro tenía grabada la consigna “técnico de futbol¨.

Su cuerpo y mente se habían conectado para seguir el paso de sus grandes mentores: el estratega argentino Luis Grill Prieto (q.e.p.d.), el guatemalteco Antonio García y el mexicano Rafael Loredo. Era un hecho, el liderazgo que tuvo como jugador lo transportaría a la banca de los técnicos.

Muy distinto al calvario que tienen que vivir miles de guatemaltecos cuando emprenden el viaje a EE. UU., en búsqueda del “sueño americano”, Luis Arturo se trasladó con la oportunidad en el bolsillo, decidido plenamente a triunfar; el DC United de la Mayor League Soccer —MLS, en inglés—, después de un arduo proceso de evaluaciones on line efectuadas desde el país estadounidense, lo seleccionó para realizar un interinato como técnico de sus fuerzas básicas.

Mi primera experiencia en Estados Unidos, inmediatamente después de mi retiro, fue con el DC United. Con ellos apliqué a un interinato para trabajar con las fuerzas básicas. Estuve solamente tres meses, porque no había plazas disponibles para que yo pudiera seguir”, explica Swisher, quien desde el 2011 comenzó a estudiar en el departamento de capacitación de la Fedefutbol para obtener sus títulos de técnico de futbol —nivel uno, dos y tres—.

DESTINO NY

Sus conocimientos, la forma de desenvolverse y su metodología de enseñanza le valieron rápidamente para que el New York Red Bull se fijará en él y le ofreciera una oportunidad para laborar en su proyecto de fuerzas básicas.

“Todo fue muy rápido y como si nada ya voy para los dos años de estar con ellos —Red Bull—. Es una institución grande que me ha abierto las puertas para seguir desenvolviéndome en lo que me apasiona”, asegura.

“Hago muchas tareas; desde dirigir a niños de 4 años, hasta grupos que tienen 18”, cuenta uno de los pocos futbolistas nacionales que han logrado jugar en Europa con el Warszawa de la Primera División de Polonia —2005-2006—.

El jugador, también campeón del único torneo de la Uncaf que posee Guatemala en sus vitrinas —2001—, no deja de encantarse por la estructura formativa que poseen los equipos de la MLS.

“Aunque cada quien tiene un proceso de formación distinto, la organización y las formas que emplean los equipos grandes en Estados Unidos para trabajar sus canteras es algo diferente. El techo es bastante alto, no como en Guatemala, que es muy bajo”, resalta.

“El New York Red Bull tiene una estructura piramidal muy especial. El primer peldaño se conoce como Programas de Entrenamiento, el que busca en las edades tempranas dar formación y capacitación a entrenadores de otros clubes de la ciudad para reproducir la metodología del Red Bull, teniendo como meta alterna captar potencial para llevarlos a su estructura. Proceso de captación, que por ejemplo no tiene establecido la Federación de Futbol de Guatemala”, reconoce.

El defensor, nacido el 21 de junio de 1978, subraya que los otros peldaños que complementan la base formativa del Red Bull son la RDS —Escuelas de Desarrollo Regional— con las categorías Sub 8, 10 y 12; la Preacademia y la Academia, —nunca se hacen pruebas—. Esta última es la que trabaja a los niños y jóvenes que buscan la profesionalización.

“La metodología del Red Bull es similar con el sistema de selecciones nacionales de Estados Unidos, donde trabajan con combinados desde la Sub 13, e incluso a mí me ha mandado el club a esos procesos para dictar clínicas y sesiones de entrenamientos, porque tienen un convenio de colaboración”, agrega Swicher, quien cuenta que en varias ocasiones ha sido víctima de racismo por parte de propios compañeros.

Aurora FC

Comunicaciones

Universidad

Cobán Imperial

Antigua GFC

CD Suchitepéquez

Polonia Warszawa (Polonia)

Xelajú MC

Jalapa

Petapa

Crítico de la situación por la que atraviesa el futbol nacional, Swisher elaboró un manual de soporte para la formación del futbolista guatemalteco, en apoyo al programa Recreamás del Ministerio de Cultura y Deportes.

“Espero que pueda servir como una herramienta y que todos los que lo consulten puedan replicar el mensaje. Es una guía de lo que he aprendido, tanto a nivel nacional como extranjero, adaptado a la idiosincrasia del guatemalteco. Siempre sigo preocupado por mí país. Tengo un compromiso”, asegura Swisher, quien en su reciente visita a Guatemala capacitó a varios monitores y entrenadores de futbol de 10 departamentos.

Al consultarle acerca de cómo percibe la formación de futbolistas de Guatemala, Swisher no desescatimó nada y fiel a su estilo —directo— dio su opinión.

“No hay que descubrir el agua azucarada, el futbol ya está inventado. No hay que enfocarse en el pastel, sino en la masa que está adentro. Ese es el soporte que trae los resultados. El problema formativo del balompié guatemalteco no pasa por las bases, porque sí las hay. Hay muchas ligas abiertas, programas y academias. La masificación si está, el problema es la educación; si esta es mala o no existe, habrá falencias y varios errores”, sentenció el jugador, que portó la camisola 24 con Universidad.

“Hay mucho empirismo en Guatemala. En Estados Unidos apuestan mucho a la constante capacitación de los educadores, y me he podido dar cuenta de que es un factor clave para elevar el nivel de los beneficiarios de sus programas”, comenta.

Con pasos sólidos y escudado en el lema “solo estudiando podés ser mejor” —es ingeniero electrónico, máster en negocios, tiene los tres niveles de técnico de futbol nacional y las licencias para dirigir en EE. UU., además de otros cursos—, Swisher espera ser de los exfutbolistas que cultiven una carrera exitosa dentro de la industria del futbol, ya sea como formador, director deportivo o entrenador.

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